Opiniones sobre Solo queda rezar

  • 01/03/2020 07:54
    Norma C 29
    Excelente puesta filosófica y existencial, en relación al saber, el deseo de aprender y la imaginación que siempre llega más lejos. Excelente el teatro que no lo conocía.
  • 26/02/2020 15:02
    Stella M 2
    Excelente obra. Excelente actuación. Me encantó!!
  • 25/02/2020 23:15
    Sara 68
    Muy entretenida!!!!!! bellos trabajos ....... el texto , interpela nuestras creencias.....nuestras convicciones ........la fe .......muy recomendable
  • 24/02/2020 11:42
    Sara 57
    Original situación para dar lugar a una discusión filosófica, aunque no define ni toma partido. Muy buenas actuaciones y puesta en escena.
  • 23/02/2020 09:17
    Maria C 10
    Recomendable.
  • 23/02/2020 09:04
    Ana B 21
    me fui con sabor a poco
  • 21/02/2020 01:13
    Roberto A 19
    En un enorme galpón completamente transformado y cuyo destino ya estaba prefijado por la existencia hasta el año 2014 del colectivo teatral Puerta Roja, reabrió sus puertas el más antiguo teatro del país, el Teatro del Pueblo.
    Y con su inauguración, Roberto Cossa nos entrega esta comedia filosófica después de una larga carrera de dramaturgo que comenzó, hace más de cincuenta años, con 'Nuestro Fin de Semana' que dirigía su mirada sobre los sueños, temores y frustraciones de la clase media argentina.
    En esta oportunidad, a partir de dos personajes y una estructura dramática cercana a la ciencia ficción, aquél primer acercamiento al conflicto generacional de una clase social, se trasladó a los interrogantes filosóficos que acucian al hombre moderno en su búsqueda entre el orden racional, luminoso y ascético de una supuesta raza superior, donde el hombre es un simple dato de la realidad;
    y la exaltación de la vida y la sensualidad que nunca como hoy ha llevado a los excesos de una sociedad consumista en su ansiedad permanente de placer y la adquisición obsesiva de objetos culturales que han ido degradando la conciencia humana.
    En esa lucha entre opuestos, la obra nos compromete a pensar críticamente el origen y destino de la humanidad, la imaginación creadora, la existencia de Dios y hasta el enorme salto cualitativo de la ciencia hacia el futuro.
    Y al mirar las imágenes con las que finaliza 'Solo nos queda rezar', que amenazantes desbordan los paneles desde sus panales (si se me permite el juego de palabras), sobre los que se proyectan la febril actividad de las abejas que llevadas por el instinto ciego de supervivencia, avanzan hacia el escenario de la vida, la obra pareciera resolverse a partir de la ideología del viejo sueño socialista de la clase trabajadora que avanza hacia el poder inexorablemente.
    Aunque esos interrogantes continúen abiertos en otros espacios de conciencia, una vez que se deja la hermosa sala que recuerda en su disposición a un anfiteatro griego y lleva el nombre de Carlos Somigliana, otro gran dramaturgo de aquella época fundacional, tan rica en interrogantes y también de respuestas.