17/11/2019 12:33 Antonelia Una obra que lo tiene todo, suspenso, emoción, un toque de comedia. Excelencia actoral !!!!
29/10/2019 15:38 Federico G Me gustan los viajes de colectivo largos. Para muchos son una molestia, pero para mí son una bendición. Me permiten tomarme un “timeout” de la vida. Me permiten pensar, reflexionar y poner mis cosas en orden. Que concepto extraño, poner las cosas en orden. Suena muy lindo, sí, pero es algo virtualmente imposible. Solo unos pocos mortales privilegiados pueden lograrlo y, si no me creen, pregúntenle a David, uno de los protagonistas de “El Frasco”. David reúne a sus cuatro amigos de la infancia, Lucca, Kevin, Peque y Bautista y planea una impecable venganza por las trampas de sus ex colegas que lo condenaron a largos años de prisión.
David es una persona rota. Su encierro le ha dado tiempo de pensar, un arma más poderosa que cualquier pistola, cualquier cuchillo. Sin duda, cuando el ser humano piensa, es cuando surgen las mejores ideas, buenas o malas, pero las mejores. Hasta cierto punto, todos somos David. Una vez leí que los seres humanos eran nada más y nada menos que una suma de todos nuestros recuerdos, nuestras experiencias vividas, lo que hemos visto, tocado y sentido. ESO es David, es lo que lo impulsa, su combustible, su fuego interno. Todos tenemos un resentimiento dentro nuestro, pequeño, grande, qué más da. Lo importante es que está. Y, también, todos tenemos algo de los otros personajes de la obra, apatía, desidia, ira y cobardía. Es normal, es lo que somos. La obra nos abre las puertas a reflexionar un poco esto. De más está decir que la actuación es soberbia, los actores (que se prepararon meses para representar a tan difíciles personajes) encajan perfectamente en todo lo que hacen, la dirección y el guión, que gira al compás de la canción Un Frasco, de la Vela Puerca. De eso no se va a hablar en esta reflexión, porque no es una crítica. Las cuestiones artísticas quedan para la gente que sabe de eso, no es mi caso, si bien se apreciar una buena obra cuando la veo, eso no me cabe duda.
Mientras el colectivo serpentea por las calles de Colegiales, Coghlan y tantos otros barrios que no conozco el nombre pero que están ahí, veo a la gente afuera reunida en restaurantes, bares y boliches. Todos listos para salir, con una botella en la mano, a punto de disfrutar una noche de sábado. Yo no. Yo no soy así, no es lo que disfruto. ¿Soy un “distinto”, soy mejor que los demás? No, para nada. Lo distinto es que ésta noche fui a ver el Frasco, que disparó ésta reflexión en mí que hace trabajar mi cerebro y mis sentimientos, no tengo tiempo para siquiera plantearme la posibilidad de salir a bailar o tomar una birra, tan trivial como suena. El resto de la gente, por lástima, no tuvo el placer de ver la obra. Las calles pasan y mi cabeza escupe ideas: “¿Habrá pasado algo parecido en algún momento en algún lugar?; ¿Es esto una comparación a la sociedad argentina?; ¿Cuántos Davides estarán ahora mismo presos, lejos de su familia, perdiendo momentos y tiempo?; ¿Cuántos Lucca, Kevin, Peque y Bautistas habrá, escondiendo secretos para intentar atravesar esto que llamamos vida de la mejor manera? Y, la peor, ¿Quién le devuelve a David los años perdidos? Nadie, no hay respuesta, el Frasco no la tiene, no la tengo yo, no la tiene nadie. Pero la obra logró concientizar, logró que, de ahora en más, perdure en mí y sea uno de esos recuerdos que me forman. El tiempo pasará, pero lo que “aprendí” hoy va a quedar. Y que perdure en el tiempo, el mayor enemigo de la humanidad, es mucho decir. Todo se rige por esa fantasía de que los años tienen 365 días, los días 24 horas, etcétera. “Tenes que estar a tal o cual hora acá”; “La entrega se hace éste día”, basta. A veces dan ganas de pausar un rato el mundo, respirar hondo y seguir adelante. El Frasco fue hoy, para mí, esa bocanada de aire fresco, una pequeña reflexión de lo que podemos dejar pasar si no estamos atentos, del mal que podemos causar con una acción que, a priori, parece insignificante. Ya paro, ya es suficiente. Bajo del colectivo, inspiro hondo y camino las últimas cuadras a casa.
28/10/2019 18:55 Yesica M muy lindo
28/10/2019 10:03 Fernanda Excelente. es para verla + de una vez ya que la puesta es 360°. El texto invita a la reflexión y los personajes están muy bien logrados. Montaña rusa con cumbres de risa y valles de angustia, tensión y tristeza.
28/10/2019 09:56 Patricio C 4 Destaco la puesta, original. Entrar, yno tenerse que acomodar como la modalidad "normal" de un teatro,, desde el inicio ya se siente ver algo diferente!. El cambio de los personajes a "sentimientos" y su juego con las luces, parecia que realmente estabas metiendote en el cerebro del loco y escuchando lo que le pasaba en ese momento en la cabeza! Muy original, muy cinematografico. Se transitan muchos estados, risa, angustia, casi llanto lograron, mucha emocion. Me gusto mucho el laburo de los actores, y de los musicos, que es lo que uno termina apreciando. Pero se nota que detrás hay un grupo más de personas laburando junto a ellos, que podemos conocer leyendo el folleto! Fui para hacer el aguante al teatro independiente y me volvi con la sensacion de haber visto una obra de la p..madre! La recomiendo, e iria nuevamente para ver las cosas desde otro lugar. Me llevo una reflexion personal, y una sonrisa de haber salido de un gran espectaculo!
28/10/2019 09:38 Leila 6 Una obra que te lleva por todos los estados y te involucra directamente con lo que sucede. Excelentes actuaciones que te sumergen en el mundo de esta historia y te mantienen continuamente interesado por lo que va a suceder. Espero que haya más funciones, Súper recomendable!!!
28/10/2019 09:13 Andres Varios aspectos deberían tener bastantes mas que 10 estrellas para poder calificarlas correctamente... Excelente todo y todos. Gran actuación del protagonista.