10/09/2019 09:55por Aurelio 45 EL VEREDICTO (El Desguace, Teatro y Almacén Cultural) es el que debe dar el espectador al final de un juicio oral por homicidio, en el cual un gasista del barrio de Pompeya es acusado de asesinar a golpes a un joven de una villa, posiblemente vinculado al consumo y venta de drogas… Durante el juicio el caso irá virando, con develaciones sorpresivas de un grupo de testigos aportados por fiscal y defensa… El libro y dirección de Paula Lagos y Daniel Kersner es atrapante y ya desde la entrada a la poco convencional sala, el espectador penetra de lleno en la “ilusión teatral”, desdibujándose la tradicional frontera espectador-actores, para convertirse en parte de ese veredicto como parte del jurado… Los otros actores se distribuyen dentro mismo de la sala, por lo cual, cuando hacia el final dejan el recinto y solo permanece el jurado (los espectadores), el Escribiente y la Secretaria, el suspenso por el resultado final es profundo: “culpable” o “inocente” puede darse según la casual combinación del público, que a su vez debate y expone. Es teatro totalmente activo, sustentado por un grupo de actores poco conocidos pero de primer nivel. Los dos años en cartel en una sala de Boedo totalmente colmada son totalmente justos… ¡SERÁ JUSTICIA!
08/09/2019 12:10por Aurelio 45 EL VEREDICTO (El Desguace, Teatro y Almacén Cultural) es el que debe dar el espectador al final de un juicio oral por homicidio, en el cual un gasista del barrio de Pompeya es acusado de asesinar a golpes a un joven de una villa, posiblemente vinculado al consumo y venta de drogas… Durante el juicio el caso irá virando, con develaciones sorpresivas de un grupo de testigos aportados por fiscal y defensa… El libro y dirección de Paula Lagos y Daniel Kersner es atrapante y ya desde la entrada a la poco convencional sala, el espectador penetra de lleno en la “ilusión teatral”, desdibujándose la tradicional frontera espectador-actores, para convertirse en parte de ese veredicto como parte del jurado… Los otros actores se distribuyen dentro mismo de la sala, por lo cual, cuando hacia el final dejan el recinto y solo permanece el jurado (los espectadores), el Escribiente y la Secretaria, el suspenso por el resultado final es profundo: “culpable” o “inocente” puede darse según la casual combinación del público, que a su vez debate y expone. Es teatro totalmente activo, sustentado por un grupo de actores poco conocidos pero de primer nivel. Los dos años en cartel en una sala de Boedo totalmente colmada son totalmente justos… ¡SERÁ JUSTICIA!
18/09/2017 11:02por Aurelio L 45 La versión argentina de NERIUM PARK (Teatro Timbre 4) tiene -obviamente- la misma línea argumental que su versión uruguaya, recientemente comentada. Aquí también hay una pareja que se muda al lujoso barrio privado del título, para descubrir poco a poco que no hay otros ocupantes, excepto una figura difusa y un intruso que podrían existir o no… Mientras tanto transcurren los meses y lo que es todo felicidad al comienzo pronto se convierte en una pesadilla siniestra. Algunas diferencias entre ambas versiones son notorias: el ritmo introspectivo de la versión de El Galpón es sustituido en la de Timbre 4 por un devenir frenético que suma a la ansiedad de la trama. Incluso los doce cuadros que señalaban los meses finales de la pareja, son aquí trocados por una línea y vestuario únicos, con la referencia del cambio de mes solo en boca de los protagonistas (el espectador debe estar atento, sin duda). La directora Corina Fiorillo saca partido de las características poco convencionales de la sala teatral: escenografía poca y dispersa, y algún hallazgo notable, como una confesión importante hecha a través de una banderola que da al escenario. En otra escena los protagonistas pretenden hablar entré sí, pero miran distanciados directamente al espectador. Otras veces, la pareja deambula por la sala casi entre los espectadores. Sin necesidad de elegir entre una u otra puesta en escena (la uruguaya es esmerada en su producción, golpes de efecto y contundencia final; ésta es más económica en sus medios, pero llega al final casi con igual intensidad), estamos hablando de excelente teatro, y, como algún colega ya señalara, ante uno de los eventos de la temporada, en ambos lados del río… El trabajo de los intérpretes Paula Ransenberg y Claudio Tolcachir es intachable.