La Malasangre

El 17 de agosto de 1982 subía a escena, en la sala del Teatro Olimpia de Buenos Aires, “La malasangre”, de Griselda Gambaro. La dirección y puesta en escena estuvo a cargo de Laura Yusem y el equipo actoral compuesto por un conjunto de artistas argentinos de primer nivel como Oscar Martínez, Lautaro Murúa, Soledad Silveyra y Patricio Contreras.
El éxito de aquella puesta se debió, en parte, a la coyuntura política e ideológica del momento: el tratamiento del tema de la represión, que se apoya simbólica y metafóricamente en la figura histórica de Juan Manuel de Rosas y su familia, y que el montaje o texto espectacular persiguió intensificar en la línea del llamado “teatro histórico”, con sus paralelismos entre el pasado y el presente.
La obra se estrenó dentro del período de la dictadura, aunque en un momento de decadencia del régimen del terror, y configura grandes metáforas sobre la historia y la idiosincrasia argentinas en aspectos concretos de las circunstancias entonces reinantes: el autoritarismo, la cuestión del “otro”, el miedo, la relación víctima-victimario, la represión y la tortura, la denuncia de la violencia contra la mujer, la realidad del deseo, el olvido y la memoria. Todos temas visibles en anécdotas y personajes, bien inventados por Griselda Gambaro para su obra, que invitan a la reflexión.

La malasangre es la historia de un amor romántico, apasionado, exasperado y loco, que lleva implícito la rebelión y la asunción de lo que es uno mismo. Un amor contra las costumbres, los prejuicios y el 'deber ser'.
La acción comienza con una persistente tensión, francamente insostenible, entre la joven Dolores y Benigno, su padre. La protagonista contará, en su pugna por alcanzar su identidad y su libertad, con un único apoyo, su preceptor Rafael, para su exploración de un espacio propio como mujer y como ser humano.
Con el Rosismo como marco histórico en el que transcurre la obra, Buenos Aires en 1840, el autoritarismo prepotente adquiere la imagen de un déspota sanguinario que parece vivir al amparo de la divisa punzó. Marco de referencia que, al decir de la autora, sirve "para hacer más potente el amor y la desesperación de los amantes".
Griselda Gambaro es portadora de un estilo en el que muchos quisieron escuchar el eco de Samuel Beckett, Eugène Ionesco y la vanguardia europea coetánea, pero en el que la propia autora reivindica el magisterio de Armando Discépolo. Inteligente y sagaz como pocos a la hora de desentrañar las zonas más ocultas de la historia argentina, Griselda ha sido un ejemplo de coherencia, de rigor y de compromiso tanto ético como estético en el tratamiento de los temas más arriba enunciados. Hoy por hoy, el prestigio de Griselda Gambaro pone de relieve la importancia de “La malasangre” como obra clásica en el teatro argentino, al abordar temas universales
El sábado 9 de septiembre, a las 21 hs, llega al escenario de Loa Espacio AGM LA MALASANGRE, de Griselda Gambaro. Hoy proyectamos una nueva puesta en escena con un equipo artístico íntegramente santafesino, a 41 años de su primer estreno.

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