Yo también me llamo Hokusai

Un intérprete ingresa a escena dispuesto a componer su primer unipersonal. A lo largo de la obra prueba diversas formas de llevar a cabo una historia: la de un escritor sin nombre y sin prestigio que ya no puede escribir, ya que llo único que puede hacer es llorar y llorar por su novia, María. La ficción se detiene, el actor que encarna al personaje cree que esta obra será un fracaso. Abandona el proyecto. Lo que comienza siendo una obra de teatro convencional terminará convirtiéndose en una reflexión sobre la fama y el fracaso, sobre el amor y la amistad, sobre el fundamento de la creación de una obra de arte.

Dicen sobre YO TAMBIEN ME LLAMO HOKUSAI

"Algo irrepetible que no se puede explicar fuera de la sala. Se da un ritual de ceremonia y algo casi secreto que atrae mucho y es muy especial".
Página 12

"Iván Hochman muestra su talento histriónico y se destaca en un unipersonal con mucho humor. Luce sensible, melancólico, desopilante y carismático. ¿Nace una estrella?"
La Nación

"Una propuesta distinta, entretenida y divertida. Con carcajadas y aplausos del público que participa y rompe la cuarta pared"
Perfil

"Con haikus, sonido de mar y arte en diversas expresiones, Yo también me llamo Hokusai toma el fenómeno y se separa del trovador del rock argentino para compartir el diario de la creación, de la espera y el éxito de un tipo. En los meses más intensos de su carrera, Hochman, con la complicidad del director Tomás Masariche, y su amigo de la infancia y productor Santiago Barneda, navega con carisma y simpatía una obra que genera ternura y risas mientras entendemos que no hay que dar nada por sentado y sí confiar en las coincidencias, tomar riesgos y avanzar sin miedo al fracaso, tocando las costas que haya que tocar."
La Agenda BA

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