Pirulos Globonautas

Pirulo y Pirula, están jugando a las escondidas y sin querer se meten en el taller-laboratorio de un inventor que hace muchos años intenta sin éxito darle vuelo a un globo aerostático un poco particular. Ante su ausencia, empiezan a jugar y tocar botones y sin buscarlo activan la elevación del globo. Justo en ese momento entra Etien, el inventor, que asombrado y feliz se sube con ellos.
Juntos atraviesan un camino lleno de aventuras y aprendizajes. Bajan en distintos universos: una selva en donde tendrán un encuentro con una fiera, un pueblo casi en ruinas donde sus habitantes tienen pereza de absolutamente todo, una ciudad del futuro Modernópolis, en donde por exceso de tecnología sus habitantes se deshumanizaron. Tras un reseteo, recuperan la memoria y comienzan a tener sentimientos nuevamente, transformándose todos, incluso Los Pirulos y el inventor. Por último, tras una fuerte tormenta, ya de noche, descienden a descansar. Al amanecer descubren que cayeron en el barrio en cual comenzó esta aventura, encontrándose con sus propias (y tan temidas) vecinas.
Los tres personajes logran crecer en el encuentro con los otros y en el camino transitado. Pirulo logra ser un poco menos atolondrado, Pirula termina de afirmar su idea de que lo mejor es dejarse llevar por su intuición y suelta así sus miedos; y Etien, comprende que todos estos años invertidos en el proyecto de su globo no tenían éxito porque él tenía muchos pesos que soltar, comprendió que el camino y los proyectos son mucho más ricos si son en compañía de otros, jugando en equipo. El globo, otra vez en la Ciudad y un poco desvencijado cumple con su propósito: lograr que los viajeros puedan VOLAR, ELEVARSE.puedan perderse, para encontrarse!

Sin perder la concepción teatral de la propuesta, La Sortija llega al público con la imaginación como bandera . Sugiriendo sin decirlo que la solidaridad, el respeto por la diversidad y la propia identidad son las herramientas más valiosas que nos pueden acompañar en cualquier viaje.