Crónica de un secuestro, es una alegoría. Parte de la premisa de que la culpabilidad y la inocencia en nuestra sociedad son conceptos tan relativos, como pueden ser la seguridad y la desprotección. El secuestro, situación límite, sirve para desplegar ante nosotros el esqueleto de una sociedad corrupta, basada en el lucro y la mentira.
Un individuo obligado a desnudar su vida por la fuerza de una amenaza cuya naturaleza desconoce es capaz de alcanzar intensidades trágicas y genera un fenómeno dramático, allí, en algún punto medio entre los actores y los espectadores, donde el teatro cobra su verdadera vida.
Ficha técnico artística
1 Histórico de funciones
- CENTRO CULTURAL RAÍCES (2009)