Opiniones sobre Bollywood, una industria sin estrellas

  • 30/01/2018 10:24
    ALICIA
    una propuesta diferente que te hace reflexionar sobre el famoso
  • 15/11/2017 15:41
    MARÍA E
    LA PROPUESTA DE MUSCARI EN ESTA OBRA ME GUSTO MUCHO , PARA HACERNOS REFLEXIONAR JUNTOS SOBRE EL PAPEL DE LOS ACTORES EN ESTE MOMENTO Y SU RELACIÓN CON EL ÉXITO.LA DISFRUTE MUCHO !!!
  • 10/11/2017 11:14
    Cinthia
    Excelente! Mucho talento! Lástima un poco el mal sonico con los microfonos.
  • 30/10/2017 07:54
    Diana 13
    Nos gustó la obra, sobre todo las coreografías, música y vestuario.
  • 09/10/2017 14:23
    Gabriela
    me parecio muy agresivo que digan que habiamos ido solo porque era gratis, no es verdad y genera que la gente se sienta mal. Pueden pedir dinero mas elegantemente, el video del final es de mal gusto. Yo fui porque me dijeron que era muy lindo y con gusto pago sin que me persigan tanto. A la gorra es asi
  • 03/10/2017 01:13
    Jorge A 10
    Es uno de los mejores espectáculos contemporáneos que he visto. No es convencional y no es para los que se escandalizan fácil.
  • 26/09/2017 12:11
    Belén C 11
    Muchos conocen a Jose Maria Muscari porque lo vieron en la tele haciendo algún comentario picante o promocionando las obras que dirige en el llamado “teatro comercial”. Ellos serán los que quizá, al ver el afiche de BollyWood , otra obra dirigida por él, piensen que verán algo relacionado con Bailando por un sueño o los programas de chimentos.
    Otros tantos, sabiendo que Muscari es un personaje que tiñe con su estilo caprichosamente propio el teatro porteño desde hace tantos años, esos que conocen a este egresado de la Escuela Municipal de Arte Dramático que no sigue las reglas, que inventa, crea, prueba constantemente y al que es imposible encasillar en un estilo convencional , saltando del teatro comercial al off constantemente e incluso habiendo incursionado en el teatro oficial… quizá piensen que se trata de otra locura de teatro alternativo incoherente pero repleta de coherencia con artistas disimiles y propuestas novedosas mezcladas con clichés…
    Debo decir acerca de BollyWood, que con cualquiera de las dos conclusiones prejuiciosas estarán en lo cierto. Es una obra de teatro imposible de encasillar y repleta de mensajes relacionados con lo relativo de la fama, la subjetividad del éxito, la competencia, lo profundo, lo superfluo... la India y Buenos Aires.
    BollyWood es una obra de teatro de las más Muscari que vi en los últimos tiempos. Una mezcla de sus viejas propuestas, donde el director “jugaba” con ctores que desbordaban talento pero cuyos nombres desconocíamos, y sus últimas propuestas, donde se entre mezclan la información mediática con el arte más puro y artistas de vasta trayectoria con alguna cara de la tele de hoy o de antaño.
    Los artistas de BollyWood son muchísimos, (sólo en escena son treinta) y al comenzar parece que fueran miles y que nunca podríamos individualizarlos, sin embargo, con el transcurso de la obra logramos conocerlos, escucharlos y comprender las realidades, aún de quienes no tienen un texto para expresarse oralmente.
    Podemos disfrutar de una brillante conducción de la obra por parte de Emiliano Figueredo y Mariela Asensio, pero a pesar de eso, la puesta no presenta necesariamente protagonistas, sino más bien una suerte de personajes conductores, conectores, lo que representa una difícil tarea, muy hermosamente desempeñada por ellos dos, con sutilezas que nos llevaban como espectadores de la risa a la reflexión.
    La tele se mezcla con la vida. Los famosos son parte de nuestra cotidianidad, almorzando o desayunando con nosotros a través de la pantalla o contándonos sus secretos a través de las redes sociales, y Muscari lo sabe. Lo sabe y lo desnaturaliza en escena con algún tipo de morbo teatrista, a través de artistas talentosísimos del off, que se desloman actuando en una obra de la que saben que nunca serán protagonistas, por la que nunca se harán ricos, por la que tuvieron que dar una agotadora audición para ser parte, y que claramente requirió de mucho ensayo para ser lo que presentan hoy en el teatro IFT los viernes y sábados a la gorra.
    El humor prevalece sobre todas las cosas. Es una obra cruel y desgarrada que tiene tantas capas como uno pueda o quiera ver. Pero el humor es el idioma que más se habla a lo largo de toda la obra formando un todo dinámico y atractivo con un timing de comedia cercano a la perfección. Premisa + pie = Remate.
    Luz, habla uno, luz, habla otro, remate, música, otro acota, remate. Uno tiene micrófono, otro habla a viva voce, otro pasa bailando y luego algún desnudo,otro toca un instrumento, una chica con un sable, remate. Impecable. De pronto aparece una actriz morocha, bajita, con tono parco y pisada firme, que se come a la platea con cada gesto y nos obliga a reírnos a punta de látigo. Todos son muy buenos, todos están muy bien, pero no puedo dejar de mencionar la participación de Bianca Vilouta Rando.
    La crudeza de lo que sucede en India podría ser una analogía de lo que sucede en nuestro país, aunque no necesariamente se trata de una crítica social o política sino de una exposición del estado del mundo artístico actual, tomando por artístico a la subjetividad de lo que el arte en realidad es , y su relación con la fama, lo mediático, lo comercial…
    Puedo ponerme a hilar fino sin temor a que me tomen por pacata y decir que hubo algún momento que hubiera preferido no ver, pero también puedo poner ojo de espectador generoso y pensar que lo que el director intentó, fue realmente o deprimirme con ciertas imágenes o ponerme incomoda con cierta escena, y si así no hubiera sido, tampoco se opacó por eso el mensaje transmitido o el talento de quienes lo interpretaron. Y puedo agregar que hasta quizá, se vio beneficiado por el contraste.
    En BollyWood,queda claro que la esencia del artista se mantiene viva por lo que lo apasiona y no por cuántas entradas vende. Que los artistas del off no son tontos que juegan a tener su momento de fama sino apasionados que disfrutan el actuar, independientemente del resultado externo que esto pueda implicar. Todos queremos fama, dinero, reconocimiento, respeto... ¿todos queremos fama? “Quiero el prestigio de Elena Tasisto”, se dice en un momento, y en ese momento ya nada de lo nombrado anteriormente parece importante. Las fotos tomadas en el palier del teatro antes de la función pasan a ser un acto superfluo e innecesario ante semejante anhelo compartido hasta entonces, en silencio . Alguien lo pone en palabras, lo resume en ese deseo tirado al aire. Mucha gente sabe quién es Wanda Nara pero no tiene idea de quién era Elena Tasisto. ¿Todavía queremos fama?¿Solo eso?
    Es una obra honesta, cruda, que si bien no presenta una historia lineal o una trama específica, llega a capturar la atención del espectador esperando “¿y ahora qué va a pasar?”
    BollyWood se presenta como una obra con un elenco sin estrellas. Yo disiento. Creo que es una obra repleta de estrellas que iluminan el viejo teatro del barrio del Once, con talento y laburo enmarcado en una puesta caprichosamente Muscari, que se presta para lucirlos y nos entretiene entre palo y palo a la realidad del teatro porteño y todas las disciplinas que con él se relacionan.
    Belén Caccia para Hacé Teatro
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