29/05/2013 15:44 David 80 Para los que no somos del mundo de la danza quizás el comienzo es un toque lento. Pero después se desarrolla de manera hiper adrenalínica, con puntos altos de tensión. No sabés dónde mirar, básicamente. Es tremendo. Fuí sin saber el trasfondo, que no parece lo más importante. Muy buen espectáculo.
13/05/2011 10:26 Natalia F 56 'En la rima y el ritmo hay un poder mágico: el mundo informe al ser apresado en un poema que responde a reglas fijas se vuelve repentinamente diáfano, regular, claro y bello. Si la muerte sobreviene precisamente cuando al final del verso anterior le ha tocado en suerte, hasta ella misma se convierte en parte armónica del orden establecido. Aunque el poema protestara contra la muerte, la muerte quedaría justificada, al menos como motivo de una bella protesta. Los huesos, las rosas, los féretros, las heridas, todo se convierte en el poema en un ballet y el poeta y su lector son los bailarines de ese ballet. Claro que los que bailan tienen que estar de acuerdo con el baile. A través del poema, realiza el hombre su concordancia con el ser, y la rima y el ritmo son los medios más drásticos de obtener esa concordancia. Y, ¿no necesita la revolución triunfante la certificación brutal del nuevo orden y, por lo tanto, una lírica llena de rimas? ' Milan Kundera
La Sala TACEC, un galpón, ese espacio. Vacío. Estalla. De gente. De silencio. De tensiones. De expectativas. Un torso desnudo. Algo cruje; señal de que hará ruido. Se suman más cuerpos, más hombres, más bailarines. Buscan sostén; en ellos, en el otro, contra un muro, en un rincón, al borde. Ahí, en los límites. Empujan. Dan pelea. El cuerpo los sostiene. Nos sostiene. Buscan un lugar (todos lo hacemos). Miran, nos miran y nosotros a ellos; fascinados, comprometidos con su audacia y su coraje. Tienen fuerza, belleza, personalidad, estilo, un motivo. Bailan, nos enseñan. Se animan. Corren, se escapan, cuentan con el cuerpo. Cuentan mucho. Son privilegiados, ahí, brillando, cuando paradójicamente no sea así cada día de su vida. Viva y estrepitosa-real-está la posibilidad de que un cuerpo se transforme con su lenguaje. Así, en movimiento. Tal vez con la danza todo pueda transformarse. Encontrarse con el otro también es posible; dos cuerpos iguales. Todos los cuerpos iguales. Una coreografía de lo humano. Resistirse y recibirse. Ser libre. Hermosamente libres. Buscan, no se detienen. Encuentran. Su voz. Su ritmo. Su paso. Su historia. La comparten. Con ella nos alcanzan y nos sorprenden; torpes, conmovidos, admirados. Un cross a la derecha. Infalible. Un ejemplo. El más noble y generoso. Sí, es posible encontrarse ahí donde cabemos. El teatro explota de aplausos, se cae, justo dónde se levanta la posibilidad. Y vuelve a estallar todo; esta vez, con ellos ahí. Felices, enormes. Música y luces también son protagonistas; majestuosa y sensibles. Dicen de un equipo; honran lo colectivo. Este trabajo es un poema revolucionario, así lo llamo, así lo siento. Pensado con grandeza y construido con estoicismo. Nada tiene para mí de inacabado, más bien se me impone perfecto. No me sale agradecer porque ninguna palabra me alcanzaría para hacerlo.