31/03/2010 17:23 Juan 71 Disculpen la expresión, pero se me sale la caca del gusto de ver que este teatro eléctrico que insufla las salas de Buenos Aires como un relámpago no sólo nos entrega, como de costumbre, exquisitas filigranas actorales enmarcadas en una puesta con ritmo, precisión, y atención al detalle, cosquilleándonos múltiples carcajadas, sino que encima... ¡nos habla, carajo! Nos habla de poesía, de mediocridad, de nosotros, de Buenos Aires, de posmodernismos postmortem...
¿y ahora qué?, resuena la pregunta por los ríos subterráneos de la Hydra del arte porteño, luego del explosivo par de decenios que cerraron el siglo.
Hete aquí que algunas obras, como ésta, empiezan a ensayar esta inquietud vital.
¡Enhorabuena!
PD: ¿por qué no será más masivo el público?... ¿por qué no van, después de la cena, las familias a reirse con estos seres grotescos?... yo voy con mi hermano que no sabe un pedo ni de teatro ni de poesía, y sale encantado... "¿Les gustará a tus amigos?"... "Y sí... pero quién sabe que existe esto..."