16/03/2010 19:08 Mariano Estuve el jueves pasado, arrastrado por la curiosidad ante tanta controversia de gente allegada que habia visto el espectaculo... y aunque el trabajo me entretuvo y hubieron chispazos de alegria, debo decir que hay cosas que, francamente, me llamaron a la reflexión.
En primer termino la adaptación a la Pampa es, por lo menos, gratuita.
No se cala hondo en el espiritu telúrico de esos años en los que se pretende ubicar la acción, no hay un acompañamiento desde el punto de vista - por ejemplo- musical que ayude al espectador a ubicarse en el tiempo y espacio pretendido y esto hace que resulte costoso "entrar" en la convención que implica la representación teatral.
(Hago la salvedad que para nada soy de los puritanos y recibo con satisfacción las propuestas que traspolan y adaptan por ejemplo al gran Willy.) Pero, como todo gran autor, Shakesperare crea un mundo propio en donde lo que ocurre no solo es posible, sino casi inevitable y - por tanto - natural; entonces hay que ser cuidadosos a la hora de querer descontextualizarlo porque sino paso lo que aqui...
Francamente la primer escena es densa ya que estan "todos", la información es mucha y se entiende poco.
Las actuaciones son parejas y nadie desentona en la paleta que propone Finn, pero hay salvedades, claro. En principio hay varios códigos - entiendo que, por lo asentuados, buscados - en la actuación.
El espiritu romántico de los enamorados, el sanguíneo y visceral de Beatriz y Benedicto , el "bufo" del comisario Robles y sus secuaces (para mi gusto, un poco pasado de vueltas), el dramático de Lagos, su hermano, Dn Pedro y el intrigante Don Juan... y un elenco que acompaña siguiendo, como puede, las peripecias.
Difícil es poder convinar y calibrar no solo tanta cantidad de actores sino-y aqui mi objeción a la dirección- tantos estilos de actuación en una misma pieza.
Los justicieros e ignorantes alguaciles-gauchos despiertan, es cierto, la risa del público pero por momentos uno no entiende bien si la risa está buscada por los actores o es un devenir de la acción que llevan adelante.
El patrón de la estancia es sin dudas un eje que sirve o, debiera servir, para regular las intensidades, muchas de las transiciones dramaticas estan a su cargo y sin embargo no son convincentes. Pasik (genial actor) pareciera haber sido direccionado en cada escena como si se trataran de compartimentos estancos o unidades en si mismas que nada tuvieran que ver con las anteriores o las que vendran después.
Benedicto y Beatriz, se lucen y más aún Inocenti, quien canta lo inverosimil con una credulidad que invita a acompañarla y con una interpretación que encanta.
Para mi gusto hay tres personajes que están descuidados (y hasta diría desaprovechados) en cuanto a su importancia; y son el de Dn Pedro, Dn Juan y el Fraile. Y digo esto porque son vitales y funcionales a la trama y en esta puesta no parecieran ser importantes ya que de algún modo pasan desapercibidos y no precisamente por el trabajo actoral que sobre todo en los dos últimos casos me transmitieron "carnadura" cada cual en su clave. Por lo demás, el elenco acompaña sin sobresaltos y con ganas.
La parafernalia Sanmartiniana se ve y con creces en los movimientos de escenografía y el vestuario y las luces me parecieron atinadas ya que por momentos crean climas, con poco, y eso es mucho. Recomiendo hacer la experiencia de verlo!
27/02/2010 22:34 Sandro Que Beatrice se llame Beatriz está bien, que Hero se llame Elisa ya es un poco extraño, y que Dogberry se llame Robles, use chiripá y grite sapucayyyy!!! ya es francamente enloquecedor. Que haya un baile de máscaras con valsecito criollo vaya y pase, que el aire de la comedia sea poblado por mugidos de vaca y balidos de oveja ya tiene ligero olor a bosta, que los rulos de Beatriz se agiten con voz de pito provoca desesperación.
Una deliciosa comedia renacentista transformada en un paisaje campero de Billiken o una visión de Shakespeare con la estética de Enrique Carreras. Sin contar el inefable cantante que parece salido de la comedia musical La Bella y la Bestia con su ponchito al viento y su barbita recortada.
Una puesta acrítica de la historia argentina, inútil y dispendiosa. En efecto da risa, pero Shakespeare no la provoca: es puro mérito de Barney Finn y sus secuaces.
26/02/2010 13:24 Valeria Comienzo por entender que el teatro es una convencion, una reunion magica en donde el publico se mete en la obra o no,se cree o no lo que fue a ver, siempre que uno este permeable a recibir lo que le dan desde el escenario puede creerse la historia. Siendo asi, poco importa la edad de la actriz o del actor que represente el papel ya sea Beatriz (en mucho ruido y pocas nueces), Medea, Cenicienta o los 7 enanitos.
Esta pieza teatral invita recrear una parte de nuestra historia utilizando los maravillosos textos de Shakespeare, adaptados, para que se acerque mas a nosotros.
Lo mejor que cada uno puede hacer es sacar sus propias concluciones.
yo LA RECOMIENDO, pero vealo con sus propios ojos, hay tantos comentarios como personas que la han visto.
25/02/2010 23:18 CANDELA ¿Quién dijo que es preferible reir que llorar? También uno puede llorar de risa porque la obra no es comedia y no hace reir...Muchos nos reímos en cofradía sin conocernos ante la duda jocosa DE qué es esto? que alguien explique los pliegues de la puesta del pobbre Willy que no se levanta de la tumba por pudor ajeno.
El ombú, el payador romántico, actrices viejas haciendo de mozas calentonas, bucólicas con el conflicto de la frontera de Roca. Muchos nos quedamos para saber hasta dónde podía llegar una puesta bizarra en la sala más copada del San Martín.
Llorar de risa porque había un no lugar de risa es raro. Hacer una obra mediocre en el San Martín es también subestimar al público y abusar de la máquina shakespeareno. la misma sensación me produjo ¡Papá se volvió loco! Costumbrismo argentino, pícaro y sin talento. UN SHAKESPEARE CAMPERO CON LA VISIÓN DE GARCÍA FERRÉ : "Y AHORA TODOS SE VAN A REPIMPOROTEAR AL CALABOZO" JUA
22/02/2010 00:40 Horacio 271 Me gustó la puesta, a despecho de varias miradas híper críticas.
Es tierna, llevadera, se pasa un lindo rato, sin que uno salga de la sala obnubilado.
Coincido con algunas opiniones respecto del reparto: muy bueno lo de Salo Pasik, los protagónicos Innocenti y Surraco, a De Grazia como que algo le faltó. Miglioranza juega en efecto, un grotesco demasiado grotesco, no me gustó.
Cierto es que algo pasa con el sonido, aunque todo se entiende (por lo menos desde la fila 6 que ocupé).
Repito: me gustó.
21/02/2010 14:09 Fernando T 36 Sacando la muy buena idea de adaptarla a la pampa, no conseguí entender qué cuerda quiso tocar el director.
No es una comedia musical (las canciones son pretenciosas y no se entienden).
No es una obra clásica, salvo para algunos actores que se la tomaron en serio, de los que uno de los que se salva es Salo Pasik que está muy bien y sin sobre actuar.
No es un sainete, aunque a las "chinitas" parece que les avisaron que era eso.
No es una farsa, salvo la parte de Miglioranza y sus "polecías" que está mejor hechos por Hugo Varela cuando hace en joda a Inodoro Pereyra.
No es una comedia de Vítori por televisión, dado que juro que la ví en el San Martín.
Resumiendo: HUYA y ahorrará tiempo y dinero.
Otra: varios actores usan micrófono!!! Si me dicen que era una joda para el programa de Tinelli, retiro todo lo dicho y pido disculpas.
Fernando Terreno
14/02/2010 01:00 Martin basta de cantar sin saber, se oye muy mal.. y es realmente estresante sentarse en la mitad de la sala y no escuchar nada, aclaro, no tengo problemas de audicion.