22/03/2024 11:02por Rodrigo 2 Una pieza tan conmovedora como desbordada, que mira al abismo de la conciencia y le devuelve una obra de teatro hecha y derecha. No se la pierdan.
29/08/2016 01:05por Rodrigo 2 Sentarse a pensar una historia es una tarea que obliga a quién o quiénes la enfrentan a revestirse de valentía, paciencia y tozudez. Las palabras; cuando son pensadas una por una y respetando su carga sígnica; se vuelven gigantes que enfrentan al dramaturgo con una realidad tan avasallante como obvia: todos las entendemos y aplicamos constantemente.
Dado este marco un tanto opresor, ¿cómo salir de los lugares comunes, de lo intrascendente; y crear algo original, entretenido y denodadamente bello? Quizás por no preocuparse por estas cosas, Debe ser el humo lo logra.
Nos encontramos con una obra que danza entre la nada y el algo.
Una pieza teatral que merece verse más de una vez por el juego que propone, y que es ejecutada con tanta precisión y retorcida hermosura por ese trío de actores que fascinan desde el momento en que se ingresa a la sala y sus caras nos provocan una media sonrisa junto a una velada incomodidad.
La dirección de la pieza es ardua y no deja cabos sueltos. Todo funciona como un reloj gracias a ésta y el público lo agradece.
Es cierto que Debe ser el humo es pretenciosa; pero en este caso, eso no es algo malo: funciona como impulso para una obra que, si no se la cree, naufraga. Y si de algo puedo estar seguro es de que todo el tiempo que estuve en la sala disfruté y me sentí atravesado por el maravilloso caos de la cotidianidad enfermiza de Iván, Elena y Sonia.
Más que recomendada.