01/03/2024 18:55por MAXIMILIANO 53 En Teatro Timbre 4, espacio de producción, investigación y fomento teatral independiente, sito en el barrio de Boedo, podemos encontrar una de las obras más atractivas y singulares de la cartelera porteña: “Rabia”, magnífica adaptación de la novela homónima, autoría de Sergio Bizzio. De regreso por doce únicas funciones, luego de presentarse con absoluto éxito en el Teatro Auditorium de Mar del Plata, tenemos aquí un texto que posee múltiples capas de lectura e interpretación, y que, gracias al trabajo de reescritura, por parte de Claudio Tolcachir, Lautaro Perotti, María García de Oteyza y Mónica Acevedo, eleva la propuesta a una calidad artística notable. Apenas una escalera nos sirve de escenografía para albergar este relato en formato unipersonal, donde varios personajes cobran vida propia merced al magnético talento interpretativo de Tolcachir. A lo largo de setenta y cinco minutos, la veta de intriga se entrelaza con la dramática, efectiva en narrarnos la historia de amor de José María y Rosa; un romance clandestino, apasionado y económicamente austero. Él es un albañil oriundo de Capilla del Señor, quien, por violentos hechos que conviene no adelantar, se oculta en el altillo de una mansión propiedad de una acaudalada familia, convirtiéndose así en un fantasma testigo del paso de los años. Siempre un paso por delante de los demás, logra pasar desapercibido y adquirir ciertas habilidades: existen determinadas sonoridades que reconoce tal como un ciego haría, con ineludible precisión y exactitud. Una copa apoyada en la mesa, unos pasos en la cocina, una respiración a través de la puerta. Víctima de los atropellos y la impunidad de la clase alta, este fugitivo en dominio de su escondite perfecto, cuenta los días y atestigua el paso de las estaciones; los rayos de sol que se filtran a través de la ventana no poseen margen de error alguno. Emprendiendo un demandante trabajo corporal, el también director de logradas piezas como “La Omisión de la Familia Coleman” y “Tercer Cuerpo” asume roles protagónicos y se convierte en relator omnisciente. Los dobleces de la historia no tardan en desatarse: el huésped invisible atestigua hechos traumáticos con incómoda pasividad. En “Rabia”, el encierro, el deseo y la soledad se conforman como temáticas primordiales, no obstante, la pregunta central que deposita en nosotros infiere a un concienzudo estudio de identidad. ¿Qué tan bien conocemos realmente?
05/02/2024 20:28por MAXIMILIANO 53 Luego de presentarse en España en el pasado mes de septiembre (Teatro Valladolid), llega al Picadero de Buenos Aires la esperada adaptación de la obra literaria de María Negroni, con dirección de Alejandro Tantanian, dramaturgo, director y ex gestor del Teatro Cervantes. En su tercera colaboración junto a Marilu Marini (anteriormente en "Sagrado Bosque de Monstruos" y "Todas las Canciones de Amor"), Tantanian lleva a cabo una formidable labor, apoyándose en el sobresaliente talento de su intérprete. La novela, que comienza con una cita de Clarice Lispector ("Voy a crear lo que me sucedió"), propone un cruce poético para describir una particular relación materno-filial, en propias palabras de la protagonista del relato, la ocupación más ferviente y dañina de su vida. A través de sesenta minutos, literatura y teatro se retroalimentan a la perfección, mientras una sobria puesta en escena se vale de elementos como música e iluminación en sendos roles fundamentales, otorgando identidad estética a la propuesta. “El Corazón del Daño” desnuda la naturaleza anómala, contradictoria, de un vínculo capaz de amarse hasta aborrecerse. Tal crudeza y extrañeza se refleja en símiles experiencias de hondo calado autorreferencial, según se cita a notables autores: Sthendal, Duras y Pizarnik. Ella, la hija, supo ser una muchacha que creció en una casa de la infancia sin libros. Hoy, en retrospectiva, se propone retratar a su madre, Isabel, una mujer difícil y hermosa a la vez, con el objeto de poder definir la palabra 'maternidad'. Punto seguido de su condición, será por eso que el centro del corazón se desangra. Podemos ver claramente a Isabel: mama, querida mama, igualita a Joan Fontaine, descrita por quien escribe y calla…quien lo hace por pura soledad. Del otro lado, quien lea (o escuche) romperá los silencios de una obra conmovedora. ¿Son, acaso, las respectivas vidas de esta hija y esta madre contrapunto una de otra?
05/02/2024 20:26por MAXIMILIANO 53 Desde octubre de 1933 a marzo de 1934, Federico García Lorca estuvo de visita en Buenos Aires. Curiosamente, en aquellas noches, caminó estos mismos jardines emplazados en el Museo Fernández Blanco (Palacio Noel, Suipacha 1422). Tras una enorme enredadera, una edificación que aguarda ser restaurada (con miras a devolver al lugar el espíritu de antaño de un referente cultural ineludible de la ciudad) conserva intacto aquellos recuerdos: era la casa que compartían Oliverio Girondo y Nora Lange. Allí, Federico tocaba el piano y recitaba poesía. Hoy, noventa años después, su obra continúa vigente a través de las seis funciones de enero en modo teatro al aire libre de “Muchacho de Luna”, con dirección del reciente ganador del Premio ACE de Oro, el prestigioso Oscar Barney Finn, y un magnífico protagónico unipersonal a cargo de Pablo Brunetti. En este emocionante recorrido por la vida del emblemático andaluz, a través de sus textos y personajes, nos adentramos en el universo lorquiano donde vida y muerte, amor y dolor, pérdida y redención, confluyen inevitablemente. Federico, el poeta insurgente a la sombra del desprecio, que debiera sortear prejuicios y adversidades. Federico, aquel tildado de marica y fusilado por cobardes, a su espalda. La música y la iluminación resultan dos valores fundamentales que aportan magia la propuesta. La brisa sobre los árboles y los duendes en el jardín hicieron su indispensable aporte. La muy recomendable “Muchacho de Luna” se exhibe, también, con funciones en Mar del Plata, tanto en la Villa Victoria Ocampo como en el Teatro Colón.
05/02/2024 20:23por MAXIMILIANO 53 Nelly Fernández Tiscornia concibió este relato acerca de la ardua supervivencia en medio de la crisis económica que atraviesa una familia de clase media a comienzos de los años ‘80, cuya primera aparición al público data de capítulos semanales incluidos en la tira de TC “Situación Límite”, emitida por ATC. Por sugerencia de Alejandro Doria, la historia se convierte en obra de teatro que luego Juan José Jusid adaptará a la pantalla de cine local, manteniendo el elenco original: Luis Brandoni, Leonor Manso, Martha Bianchi y Patricio Contreras. Quienes, curiosamente, eran tanto dúos de pareja en la ficción como en la vida real. Treinta y siete años después de su estreno en salas (1987), “Made in Lanús” regresa a los teatros porteños, esta vez con Brandoni haciendo las veces de director. Se trata de una obra emotiva, que invita, en igual medida a la risa que a la emoción, convidándonos a reflexionar acerca del sentido de identidad, pertenencia y porvenir sobre nuestro suelo. Un texto más argentino que el mate y el dulce de leche, que cuarenta años después se mantiene intacto y tristemente actual –y apremiante- en varios aspectos, tocándonos el corazón y el bolsillo. La identificación en el espectador es inmediata, empatizamos y nos compadecemos: irse o quedarse es la cuestión. Se exhiibe en el Multitabaris y está protagonizada por un fabuloso cuarteto actoral, integrado por Alberto Ajaka, Malena Solda, Cecilia Dopazo y Esteban Meloni.