23/04/2024 20:38por MAXIMILIANO 53 Con la destacada actuación de Victoria Onetto, Nelson Rueda y Eloy Rossen, fue estrenada en el Centro Cultural de la Cooperación (en marzo pasado), la premiada obra "Escarabajos", autoría de Pacho O'Donnell y llevada por primera vez a escena en agosto de 1975 en el Teatro "Payró", con la dirección del recordado Hugo Urquijo. Consolidado como un clásico teatral argentino, el texto exhibe profunda vigencia, gracias al notable talento de quien ahora asume dicho rol: Juan Manuel Correa, pilar de nuestro teatro independiente. La vigencia de la pluma de O' Donnell se pone de manifiesto en esta auténtica pintura de época y marcada crítica social, a la que, cronológicamente en su adaptación, podemos ubicar entre los años '80 y '90. En el seno de una familia de acomodado pasar, un matrimonio de mediana edad lidia con la asfixiante y tóxica rutina que entumece los sentidos. Bajo el mismo techo, la confianza, la escucha y el diálogo se han roto por completo; a punto está de desatarse la enajenación y la perversión en la mayor de sus escalas. Porque el hogar ya no es un lugar seguro: el poder y el sometimiento son elementos que potencian el siniestro período de adaptación de un adolescente que sufrirá, en la propia piel, la incomodidad de verse forzado a sumir el rol de un 'otro ausente'. Puertas adentro, el vestuario de época se asume como instrumento de apariencia, en tiempos donde reina la superficialidad, sinónimo de la artificialidad de los vínculos. No hay porqué preocuparse, las miserias se esconden todo cuánto necesario, tanto como el paso del tiempo que un buen lifting sabe disimular. Resulta claro observar, el núcleo de acomodado pasar se vincula con el mundo exterior de modo pasivo, mayormente a través de aquello que la TV elige mostrar. Tamaño desafío actoral es llevado adelante por tres intérpretes de lujo, mientras la música en vivo de Nacho Esbó acentúa climas ciertamente incómodos. La metáfora del escarabajo consumará la metamorfosis de perversos roles, intercambiables con la ligereza de una transacción material. Finalmente, la imagen amplificada tras el biombo proyecta un trauma enquistado: la falta de escrúpulos retroalimenta la violencia, la manipulación y la discriminación imperantes.
13/04/2024 03:26por MAXIMILIANO 53 Con autoría de Sandra Franzen y dirección general de Andrés Bazzalo, se estrena en la sala Solidaridad del Centro Cultural de la Cooperación, la bellísima obra "El Sentido de las Cosas". En cartel desde el pasado mes de marzo, se encuentra protagonizada por dos extraordinarios intérpretes: Víctor Laplace y Gastón Ricaud. En una remota isla del Paraná, un joven funcionario acostumbrado a escritorios de nogal (Ricaud) acude con la tarea de persuadir a un bohemio hombre de letras (Laplace), quien ha elegido su propio exilio, en la más remota de las geografías, en busca de escaparse (y aislarse) del ruido citadino. En clave de comedia, el derrotero imagina un improbable encuentro entre dos seres a la deriva, quienes, con el devenir de los acontecimientos, hallarán más atributos en común que lo a priori estimable. El poeta, decidido a escribirse encima, no callará su parecer, en descontento con el homenaje que está a punto de recibir. Con música en escena a cargo de Gonzalo Domínguez, el cauce fluye turbulento a medida que ambos personajes intercambian reflexiones sobre el amor, la vocación y la propia identidad, en medio de un clima litoraleño reconocible por su fauna y vegetación. Pieza concebida con enorme sensibilidad, nos habla, también acerca del, a veces, esquivo destino de la propia obra. Brota la inspiración en otro verso en octosílabo, pero pronto el río se lleva todo, corriente abajo. La huida es hacia adelante y la voz de la sabiduría indica el camino con optimismo.
13/04/2024 03:26por MAXIMILIANO 53 En la sala Pablo Neruda del Paseo La Plaza se exhibe, actualmente y por diez únicas semanas, uno de los mayores éxitos de la cartelera teatral local. "Mejor No Decirlo", escrita por Salomé Lelouch, y traducida y adaptada por la dupla Federico del Pino-Fernando Masllorens, arribó a nuestros escenarios con dirección de Claudio Tolcachir. Nos cuenta la historia de ella (Mercedes Morán) y él (Imanol Arias, de regreso en Buenos Aires luego de "Muerte de un Viajante"), un matrimonio de sesenta y pico que perdura bajo su fórmula imbatible: saber cuándo hablar y cuándo no. Pero, ¿qué ocurriría si la pareja de buen pasar se replanteara su cotidianeidad? Temáticas en boga son puestas en discusión; claramente, el tiempo de callar para no confrontar es cosa del pasado. Es hora de hablar para sentir que se existe, dice ella. Él, por su parte, exhibe su imagen más auténtica -y menos políticamente correcta- al pronunciarse respecto a la desigualdad de género, el aborto, la sexualidad, la paternidad y la maternidad. Es mejor no complicarse, hay cosas que no se deben verbalizar. Los puntos en común y de desencuentro representan un auténtico desafío para dos contrincantes que no dejan de amarse; a pesar de sortear prejuicios y preconceptos que se tejen bajo el mismo techo. En una hora y cinco de duración, los reproches no cesarán: la convivencia, los mandatos sociales, el status, el cambio climático y las inclinaciones políticas, ponen de manifiesto la importancia de no tener filtro. Porque aquí nadie quiere aparentar. La alta demanda de entradas, acorde a uno de los eventos teatrales del año, evidencia lo atractivo de una propuesta que ofrece excelencia actoral, risa asegurada, espacio para la reflexión y una escenografía tan original como creativa.
27/03/2024 17:17por MAXIMILIANO 53 "Brujas" debutó el 3 de enero de 1991, en el Teatro Atlas de Mar del Plata. Actualmente en cartelera en el Multitabaris, se trata de un fenómeno de vigencia sin igual en nuestra escena. En su más reciente puesta, dirigida por Luis Agustoni -fallecido en enero de 2023-, este clásico de la escena porteña, celebra su treinta y tres aniversario con localidades agotadas. Autoría del escritor ibérico Santiago Moncada, con el título original de "Entre Mujeres", se centra en el reencuentro de cinco excompañeras de la adolescencia tras más de dos décadas sin verse. El grupo está compuesto por una anfitriona de buen pasar, una escritora bohemia, una prostituta de lujo, una abogada enfrentando las complejidades de su matrimonio y una feliz casada cuya fachada no tardará en caer. Haciendo gala de cinismo y humor, cada una expondrá las vicisitudes de la propia vida, decididas a enfrentar el paso de los años, porque las arrugas se combaten con ilusiones y tips contra el deterioro que nunca fallan. No obstante, el devenir de la noche revelará otras profundidades y las consecuencias del errático accionar, acaso la catástrofe de grandes verdades ocultas, expuestas con desparpajo y contundencia. Bajo el mismo techo, la velada traerá consigo la nostalgia de lejanos recuerdos y la confrontación que depara una serie de secretos inconfesables: ciertas decisiones del pasado repercuten en el trauma del presente. Un brindis seguido de otro concatenará anécdotas de ardiente clandestinidad y la prevalencia de una amistad inquebrantable. El talentoso elenco está integrado por Moria Casán, Graciela Dufau, Nora Cárpena (quienes formaron parte del original, junto a Thelma Biral y Susana Campos), Luisa Kuliok y María Leal.
22/03/2024 14:58por MAXIMILIANO 53 Carolina Papaleo y Rubén Stella regresan en la más reciente puesta de "Yo Adivino el Parpadeo", doce años después de su estreno. La pieza, autoría de Guillermo Camblor, nos sitúa en la intimidad de una ex pareja perteneciente al mundo del tango, a raíz de un inesperado reencuentro amoroso y profesional. En clave de comedia dramática, apreciamos la profundidad que habita a sendos personajes dueños de notables matices, dignos de ser explorados. En busca del tiempo perdido, Delia y Pacha han postergado más de lo aconsejable aquella pieza que quedó pendiente de bailar. ¿Veinte años no es nada? Donde hubo fuego… En un camarín se llevará a cabo un acercamiento que traerá emociones a flor de piel; del beso a la cachetada, se trata de saldar cuentas pendientes: la posibilidad de emprender una gira mundial no admite reemplazante. Sendos intérpretes exhiben notable química en escena. Papaleo sabe dotar a esta alma tanguera de grandes dosis de sensualidad y ternura, rumbo a contar su verdad a medias. Su sentimiento oscila entre el despecho y el enamoramiento; por momentos prefiere hacer caso omiso a aquello ocurrido, y en otros, imposible resultar olvidar las mañas de su antiguo compañero: un pícaro y atorrante, ganador con las mujeres y dueño de frases dignas de dictados de filosofía. Rubén Stella brilla en los zapatos de este mujeriego y fumador empedernido, con quien terminaremos empatizando. De manera acertada, y en virtud del notable abanico de registros que la obra despliega, la mirada social adquiere peso, llevando a cabo una postal del incierto retorno a una Buenos Aires radicalmente distinta, impersonal y empobrecida. Quien no reconoce las calles que alguna vez pisara es quien también afirma que la vida en el viejo continente tiene glamour, pero carece de pasión. El reencuentro entre dos nobles corazones echará luz sobre ciertos secretos del pasado, inclinándose por un viraje hacia el drama sentimental que abordará aristas trágicas y dolorosas.
11/03/2024 22:02por MAXIMILIANO 53 En el barrio de Palermo, en un café como tantos existen en Buenos Aires -¿cuántas cosas más porteñas que un café podríamos enumerar?- Andrea Bonelli se sienta en una mesa y comienza a escribir sobre una servilleta aproximaciones respecto al tango. Muchos años antes, Jorge Luis Borges ensayaba una definición que se le asemeja: el autóctono género musical refleja las vicisitudes del alma argentina. La búsqueda del sentido emparenta sendos acercamientos. En otra mesa de café, durante alguna especial oportunidad, Andrea recitará una poesía incluida en "Los Conjurados", el último libro editado de Borges y el favorito de la actriz; lo hará con la intención de convencer a María Kodama, respecto a la sesión de derechos de la obra de nuestro emblema literario y la posibilidad de convertir el incipiente proyecto en una obra teatral. Años después, sobre el escenario de la sala del Complejo Teatral de Buenos Aires, una singular propuesta permite converger a la literatura (más específicamente, el cuento, ¡ese diamante negro!), el tango y la actuación. La pieza posee un inmediato antecedente: fue representado por Hanna Schygulla, hace veinte años, en Francia y en Alemania. La mentora nos da la bienvenida desde París, justo cuando pasado, presente y futuro parecen confluir. Comenzada la función, una cámara captura el rostro de la intérprete, quien, a su vez, se proyecta en una pantalla. Su propia silueta, en sombras, se superpone sobre el registro audiovisual que la blanca tela reproduce. Reflejos duplicación…temas recurrentes en la obra borgeana. Como los espejos, los laberintos, las simetrías o el tiempo. Una duda nos asalta: ¿Borges escribe o se deja hacer para que otro lo escriba a él? ¿Recordaremos solo lo inevitable sin volver a verlo jamás? Tal vez, haya misterios que sea mejor no develar. Schygulla recopila siete cuentos originales de tan fundamental pluma, a quien la esencia porteña, tan atávica y secreta, no cesó en maravillar. Un aroma a inconfundible a principios de siglo XX, entre pampas, malevos y arrabales, prefigura un repertorio musical interpretado con sentimiento y sensibilidad por la estupenda Bonelli: "El Día que me Quieras", "La Última Curda", "Volver" y "El Choclo", entre otros, resultan los clásicos visitados. También, se incluirán registros instrumentales y arreglos de Peter Ludwig, ejecutados en piano (Shino Ohnaga) y chello (Cristina Titi Chiappero). Imágenes, vestuario y texto interactúan, durante toda la función, mientras la inmortal figura de nuestro escritor continúa estimulando recónditos paisajes de la imaginación.
06/03/2024 15:28por MAXIMILIANO 53 Dirigida y escrita por Matías Feldman (autor de "Hipervínculos"), llega a los escenarios porteños la originalísima "Reverso". Con inteligencia y amplio margen para la sorpresa, la obra indaga en los difusos límites entre la realidad y la virtualidad. En tiempos saturados de entornos de pantallas y objetos digitales, en donde nos toca familiarizarnos a la fuerza con términos como 'avatar', 'GIF' o 'NFT', el atractivo resulta evidente. El relato no tarda en poblarse de referencias a las nuevas tecnologías, así como también se deslizará una mirada snob y superficial sobre el mundo de la pintura y las galerías de arte. En la sala Picasso del Paseo La Plaza, somo invitados a participar de la posibilidad de un universo paralelo en donde nada es lo que aparenta ser. La obra confronta la noción de realidad, y los riesgos que asumimos cuando el control remoto -léase, el poder de decisión- se aleja de nuestras manos. Estupendamente actuada, requiere de un notable trabajo de coreografía sobre el escenario, para lucimiento de un elenco excepcional, integrado por Carla Peterson, Diego Cremonesi, Marco Antonio Caponi, Nicolás García Hume, Juan Isola y Emilia Claudeville. Con acierto, Feldman diluye la frontera entre el mundo cotidiano y el metaverso, brindándonos las herramientas necesarias para decodificar el auténtico sentido tras la crisis de identidad: la simulación no será efectiva en cicatrizar un trágico drama familiar. Repleta de diálogos tan ingeniosos como desopilantes, garantiza símiles dosis de humor, ironía y reflexión a lo largo una hora y cuarto de duración. Hay que animarse a entrar y saber salir ileso…