06/03/2019 09:41por Marilu 42 MUY RECOMENDABLE obra de Darío Fo bien y prolijamente actualizada por Roberto Monzo.. TEATRO, con todo y con todos (texto, actuaciones, escenografía, vestuario, iluminación, música, dirección). Para ver, reir, pensar, disfrutar, aplaudir. Para asistir y recomendar.
05/11/2018 14:11por Marilu 42 Una obra que dura el tiempo justo, que provee diversas lecturas al público que la envuelve y la observa concentrado hasta el silencio final, un silencio cuyo ruido es apagado por el de los aplausos. Así debe ser porque los personajes, sus acciones, las reconocemos en nosotros como sociedad, en cada uno de nosotros como ser humano.
Desde una dinámica familiar surge una metáfora de algo más que no se expresa en el naturalismo pero tampoco en el absurdo aunque navegue por ambos para mostrar los miedos y la hipocresía de los personajes, los vicios sociales y la deformación del contrato social.
La marcación circular del espacio escénico con la disposición bifrontal del público remarca la situación de cautivos en un no-lugar repitiendo el presente, como esclavos del pasado que será futuro, con otros nombres y otras ropas, pero igual de atroz. O de cínico.
Los buenos actores se desenvuelven con oficio en esa delgada línea entre la realidad y la farsa, el naturalismo y el absurdo.
Muy recomendable: para verla, para discutirla, para pensarla. Y para reconocer, como cada vez que se asiste a un espectáculo hecho con alma y cuerpo, a los excelentes trabajadores del teatro argentino. Entre ellos, por supuesto, al gran maestro Carlos Gorostiza.
26/09/2018 09:40por Marilu 42 Para quienes disfrutamos la lectura de los textos de Clarice Lispector este espectáculo es una inmersión en su universo íntimo. Con dos músicas en escena, en flauta y piano, los sonidos cuentan lo no dicho por un lado; por otro, la música acompaña las variaciones del texto. En la escenografía, una silla sin asiento, incómoda, para una situación incómoda "¿qué esperan que diga?", para mostrar el hundimiento y la adaptación. Y el silencio, tan presente en Lispector. La actuación es buena, a veces un poco afectada muestra un personaje nervioso, cuando se trata de alguien que navega a la deriva entre la depresión y el enamoramiento, entre la palabra y el silencio, entre el deber y el querer.
17/09/2018 10:31por Marilu 42 Farsa trágica sobre el hombre contemporáneo que descree de las instituciones (la familia, el matrimonio, la iglesia, las fuerzas armadas), se burla de ellas e intenta exigir una nueva moral que se apoya en el sometimiento constante del otro.
Un soldado regresa de la guerra y encuentra un mundo en ruinas físicas y morales, una sociedad sumergida en la confusión y la anarquía. No le queda otra alternativa que dialogar con los fantasmas de su pasado. Construye su propia realidad a través de la fuerza de la palabra y sumerge al espectador en un inquietante juego entre ficción y realidad. Pero también podría resultar que vive un sueño, con varios momentos de pesadilla. Este delirio de instaurar realidades a partir del uso del lenguaje como herramienta para crear mundos posibles, lo empuja a rebelarse contra los discursos universalizantes.
Esta adaptación del texto y esta puesta exaltan la metáfora que enlaza con nuestro presente y proponen una obra con compromiso intelectual y, a la vez, con cierta dosis de comicidad y distanciamiento.
Se destaca el hecho teatral logrado, para lo cual unificaron esfuerzos y creatividad:
- La escenografía (un mismo elemento es mesa en la posada y trono del rey, otro escoba o cetro);
- La música (que marca tiempos pero también sueños y realidades);
- El vestuario (máscaras que ocultan y descubren; telas que son faldas, capas, togas);
- El maquillaje (rostros blancos ¿fantasmas?);
- Y la actuación de un elenco contundente: los actores le ponen el cuerpo y la voz a esos seres que deambulan entre sus miserables existencias y sus egoístas fantasías.
En síntesis, es una propuesta que provoca al espectador para que realice su propia interpretación y encuentre orden en el aparente caos, que halle algún sentido a lo que parece no tenerlo, en tiempos de corrupción colectiva y descomposición social.
14/11/2017 09:57por Marilu 42 Excelente coreografía teatral. Con una muy buena dirección, todo el elenco pone el cuerpo, el corazón y la alegría para hacer un espectáculo digno de disfrutar y aplaudir.