Opiniones de MAXIMILIANO

  • La lluvia seguirá cayendo 120

    14/06/2024 23:34 por MAXIMILIANO 51
    Co-escrita por Oscar Barney Finn y Marcelo Zapata, y protagonizada por Osvaldo Santoro y Paulo Brunetti, "La Lluvia Seguirá Cayendo", de reciente estreno en el Teatro Beckett, se inspira en los personajes de "Lejana Tierra Mía" (escrita por el recordado Eduardo Rovner), reuniendo a director y elenco, veinte años después.

    En un enorme atelier, emplazado en un caserón venido a menos ubicado en el corazón de un barrio marginal, vive un hombre al que el siglo pasado ha expulsado. Un incomprendido, tal vez como Rothko o Van Gogh, preso del vértigo de un tiempo hecho de efímeras modas; alguien que quería irse, pero no pudo. De visita y presto a resolver un delicado asunto, arriba su hijo, un pujante empresario radicado en el país del norte. Alguien que anticipó la siguiente centuria y su vorágine tecnológica, de regreso luego de dos décadas de ausencia. Ambos podrían argumentar que el tango exagera con el fin de rimar: veinte años no es poca cosa; los tiempos, efectivamente, cambian.

    El encuentro develará secretos del pasado: las faltas de un padre son expuestas por un hijo que siente una extraña, ambigua, pertenencia a esa casa de la infancia que en sus paredes conserva patentes recuerdos en igual medida que irreparables pérdidas. A lo largo de poco más de una hora de duración, "La Lluvia Seguirá Cayendo" despliega un lienzo formidable ante nuestros ojos: hay tantos matices en un color como perspectivas para comprender la naturaleza de una relación. Es una obra profunda, reflexiva y empática, concebida con sensibilidad, en pos de ofrecernos un estremecedor intercambio entre padre e hijo, en vías de saldar viejas cuentas pendientes.

    Barney Finn y Zapata, responsables de la dramaturgia de "Brutus" (en cartel, en el Teatro Payró), nos maravillan en notable labor con una pieza que dialoga con un contexto social apremiante. Aquí, la ruptura social se hace eco en la vincular, porque hay veces en las que el amor asfixia. De la crisis del 2001 a la actual, la analogía se vuelve visible, y conviene hacer memoria. El país nos duele en el alma a todos, la calle ya no es un lugar seguro. Al repiquetear la lluvia, un clásico de Sting suena en el reproductor, apelando a la nostalgia inmediata, y recordándonos lo frágiles que somos, en última instancia...

    En medio de un país que sortea una realidad infructuosa, padre e hijo buscan reconocerse. Punto de fuga convergente, el paisaje -interno y externo- ha cambiado notoriamente, y tanto uno como otro deberán aceptar culpas y errores imposibles de enmendar. Cara a cara, el reflejo no engaña: el espejo en donde cada quien expone las carencias ajenas podría convertirse en el juez más severo para sí mismos. Observamos, por un lado, la estrechez de quien no puede ver más allá de su confortable pasar. Por otro, el rutinario rumiar de un ser fiel a sus convicciones, que desea a su descendencia una mejor vejez que la propia. En este magnífico diálogo, tan sincero y poético, estupendamente actuado, percibimos cierta distancia emocional, aunque el devenir de los acontecimientos nos probará lo contrario.

    Pinturas del artista Carlos Gómez Centurión decoran la escenografía predominantemente azul de esta sobresaliente obra, capaz de abarcar un amplísimo registro emocional, para llevar su reflexión desde el living de la casa hacia nuestros corazones, y de allí a otros territorios igual de atractivos. Certera, la dupla autoral se muestra igual de efectiva en indagar en el lugar que ocupa un artista, y su incansable búsqueda de un sentido creativo -aspecto no menor- que pareciera no encajar del todo dentro del mundo al que pertenece y las variables que lo definen.
  • Antigona en el baño 3

    06/06/2024 18:55 por MAXIMILIANO 51
    Con dramaturgia de Facundo Zilberberg y Verónica Llinás y dirección de la propia Llinás junto a Laura Paredes, la desopilante comedia "Antígona en el Baño" nos presenta el dilema que sufre una estrella de otro tiempo, presa de un miedo inconfesable a pocas horas de salir a escena, interrumpiendo un largo exilio.

    La magnífica Llinás interpreta a una veterana actriz algo venida a menos, quien, se nos indica, tuvo suerte de hacer carrera en TV y no en teatro. Llamativamente, Ignacia exhibe notorias dificultades en aprender su parlamento, de cara a un estreno que se ha postergado un par de ocasiones. ¿Qué pensaría el mismísimo Sófocles de su elección para interpretar a la mítica hija de Edipo y Yocasta? ¿Estará a la altura de semejante clásico?

    Una magnífica escenografía -el opulento mobiliario con predominancia rosa ha sido diseñado por Julieta Ascar- reproduce un baño de lujosas características, en donde transcurrirán setenta minutos de absoluto disfrute. Espiamos por la mirilla el acontecer frenético de personajes atrapados, encerrados, en sus propias convicciones, limitaciones y deseos. La tragedia no tardará en desenvolverse, pero "Antígona en el Baño" le pondrá humor al dilema existencial.

    De un extremo a otro del baño, la otrora diva practica una serie de ejercicios para calmar los nervios. Es asesorada por un manager que no despega su vista del teléfono celular y parece estar poco calificado para la tarea (sobresaliente Darío Lopilato). Entonces, los caprichos de la estrella en su máxima expresión deberán ser controlados por un experto -aunque excéntrico- coach ontológico (fenomenal Héctor Díaz), dispuesto a iluminar paisajismos de la mente.

    Con absoluta prestancia y un texto concebido con ironía y fina inteligencia, la obra se pregunta cuál es la verdadera tragedia. En última instancia, ¿qué acerca a un actor a un determinado personaje? Juegos de palabras y chistes con doble sentido satirizan la desleal competencia entre pares y las superficialidades que condimentan al costado más banal del oficio. Concatenando situaciones hilarantes, "Antígona en el Baño" lleva a cabo un pormenorizado estudio acerca del mundillo del espectáculo y los egos que caracterizan a cierta porción del ambiente.

    Llinás, actriz proveniente del Parakultural e involucrada en el proceso creativo de escritura, se complementa a la perfección con ambos actores en escena, brillando con un rol a su medida: arremete con acotaciones ácidas, ironía y puro grotesco, al tiempo que deja ver sus cada vez más notorias inseguridades, a medida que la fama pasa de moda y la decadencia física parece haber llegado para hacer estragos. Cuando los interrogantes a responder se vuelven más íntimos e incómodos, Ignacia se revolcará en el barro, de ser necesario. Para sorpresa de todos, un secreto aguarda ser desenterrado, posibilitando la moderna representación del mito.
  • El entenado 7

    31/05/2024 20:22 por MAXIMILIANO 51
    El pasado jueves, en el Teatro Regio, perteneciente al Complejo Teatral Buenos Aires, se llevó a cabo uno de los estrenos más esperados para su programación 2024: la obra "El Entenado", en versión libre de Irina Alonso, adaptando la novela de Juan José Saer, con estupendas actuaciones de Claudio Martínez Bel, Iride Mockert, Pablo Finamore y Aníbal Gulluni.

    Autoría del escritor nacido en Buenos Aires y fallecido en París, la novela traslada al ámbito teatral las dificultades que debe sortear una compañía teatral española de 1570 al momento de recrear los pormenores de un relato plagado de violencia, dominación y exterminio, telón de fondo del abrupto aprendizaje que vivirá un huérfano marinero obligado a hacer frente a la extrema pobreza y la falta de un hogar. Con solo catorce años, el joven zarpa en un barco junto a conquistadores para dirigirse a la aventura de conocer un mundo nuevo. Arduos tramos en altamar desembocarán en territorios rioplatenses y un abismo existencial pronto se apoderará de él.

    En tierra firme, el hallazgo de atroces verdades subvertirá fundamentales nociones del protagonista, posibilitando una toma de conciencia de la propia finitud. Hechos de una brutalidad tal que escapan a nuestra comprensión: actos caníbales, a modo de ritual, son acometidos con salvaje desenfreno. Testigo de la extrañeza y la desmesura que ante sus ojos se desenvuelve, acaso preso de la incomprensión –no solo idiomática-, se preguntará por su identidad y origen, mientras sortea infortunios diversos, camino a un revelador encuentro consigo mismo.

    "El Entenado", publicada en 1983, ofrece una impactante lectura de la condición humana, llevada a escena con absoluta personalidad, mérito de la puesta concebida por la actriz y directora Irina Alonso. Una grandiosa escenografía (a cargo de Cecilia Zuvialde) recrea un paisaje de telones pintados que alberga dos concepciones de vida absolutamente yuxtapuestas, en constante amenaza de aniquilarse entre sí.

    De boca del entenado, profundas reflexiones y aforismos poéticos resuenan a la luz de la luna y las estrellas, en medio de un entorno aún no explorado por la civilización. Una duda primordial nos asalta: ¿por qué este hijastro es acogido como uno más por la tribu? ¿qué tiene en común con ella' ¿qué lo diferencia? En lo aparentemente desmedido subyace un mutuo entendimiento. El indio ya no es el otro.

    El cauce infinito del río pareciera arrastrar consigo los restos inconexos de un sueño mal recordado. El tiempo ha pasado, y hoy, el niño se ha vuelto un hombre anciano que lleva cincuenta años preguntándose lo mismo. Sobresaliente ejemplar de teatro dentro del teatro, dos obras en simultáneo se desarrollan ante nuestra atenta mirada. Porque medio siglo después, y ante la falta de respuestas, el hombre agotó su búsqueda cuando la noche cerró los ojos. Tal vez, la oscuridad total pueda acabar con el universo en un solo instante.

  • Alma Mahler - Sinfonía de vida, arte y seducción- 148

    31/05/2024 20:21 por MAXIMILIANO 51
    Un mayúsculo referente del periodismo como Víctor Hugo Morales continúa explorando su faceta de probado dramaturgo con la obra "Alma Mahler, sinfonía de vida, arte y seducción", un registro que se distancia notablemente de su anterior incursión, dos años atrás, con la comedia "El Reproche". Basada en las vivencias de la mujer que fuera compañera de vida del compositor Gustav Mahler, la pieza rescata la imagen de una singular personalidad de su tiempo, disruptiva presencia en medio de una época marcada por la dominancia patriarcal y la consecuente postergación femenina.

    A comienzos del 1900, resultaba infrecuente hallar una notoria figura de las características de Alma; de hecho, escasísimos antecedentes previos pueden rastrearse en la historia. Tal vez, en este sentido, pueda equipararse su tenor al de la precursora Mary Wollstonecraft (1759-1797, madre de Mary Shelley), autora de "Vindicación de los derechos de la mujer", texto que sentaría las bases de la lucha por la igualdad de géneros, y Olympe de Gouges redactora de la Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana, en 1791, y, a posteriori, muerta en la guillotina.

    Con dirección de Pablo Gorlero, una escenografía de un cuidado estético notable sirve como sostén a la dimensión poética de una obra cuyo eje primordial lo constituye una mujer disruptiva por naturaleza, en constante pugna por escribir sus memorias. Puede que el siglo XX llegue a recordar a Alma Mahler como la esposa del genio, la copista, la que renunció por amor, no obstante, detrás, hay tanto más por descubrir. La gran dama de la sociedad de Viena supo ser, también, la rebelde, elegante y silenciada musa.

    Alma acumula tormentosas relaciones, recapitulándolas una por una, al tiempo que se priva de transitar el ansiado camino consagratorio: fue amante de los artistas Oskar Kokoshka, Walter Gropius y Gustav Klimt. Con este último, un arrebato de inspiración culminaría inmortalizando aquel beso en aquel cuadro. Deseando con avidez a sus amantes y siendo deseada de forma recíproca, Alma, no obstante, creció en un ámbito sumamente conservador y desfavorecedor. ¿Sería capaz de dejar lado los 'privilegios de reina' de Gustav para escaparse lo más lejos posible con su más reciente conquista? Codiciada por el escritor Franz Werfel, acabaría huyendo con él del horror del nazismo, en el marco de la Segunda Guerra Mundial.

    La estupenda Raquel Ameri se coloca en la piel de una mujer que vivió atormentada y de la cual conoceremos, al detalle, su indecorosa intimidad. Alma se viste y desviste para seducir, sin tapujo alguno, y así es cómo expondrá su desenfreno sexual, a la postre, convertido en irrefrenable y diario martirio. Los años pasan y ella envejece, pero no por ello perderá su don para provocar: recuerda con fogosidad la virilidad de cada hombre que en sus manos tuviera.

    A merced de la idiotez -y la aparente- superioridad masculina, el corazón de Alma se debate. ¿A quién pertenece su corazón, en realidad? Relegada por el narcisismo y los desmedidos designios creativos del brillante compositor al que amó, pero también cuestionó, de sus labios jamás saldrá la frase 'soy tuya'. De modo soberbio la actriz protagonista del exitoso unipersonal "Rota" encarna la postergación en la piel de quien ve sus sueños lentamente disolverse. Testigo pasivo de la gloria ajena, su destino parece encaminarla a ser 'la mujer de', acaso, 'la compositora que podría haber sido'.

    Arte, lujuria y poder se conjugan, de modo extraordinario, gracias a la fina pluma de Víctor Hugo y la absorbente labor de Ameri, quien se adueña del escenario, y complementa su performance con la música de piano interpretada en vivo por Juan Ignacio López. Con producción ejecutiva de TEAM 22 y la participación de Fabián Vena en voz en off, "Alma Mahler, sinfonía de vida, arte y seducción" se conforma como una muy recomendable opción teatral para la cartelera porteña, exhibiéndose, los días jueves, en la sala Raúl González Tuñón del Centro Cultural de la Cooperación.

  • Con las manos atadas 237

    24/05/2024 16:23 por MAXIMILIANO 51
    Esta sobresaliente comedia dramática, dirigida por la platense Sara Mon, cursa su segunda temporada de éxito. Bienvenido hallazgo del teatro independiente, se exhibe los días sábados en el Espacio Teatro 44 de la ciudad de La Plata. Basada en la obra autoría de la novelista, guionista y dramaturga Claudia Piñeiro, un disparador de índole policial (el robo a una escribanía) desencadena el inesperado encuentro en la noche de dos almas solitarias e indefensas, víctimas del hecho delictivo y privadas de su libertad. Espalda con espalda e inmovilizados, Elena (Mariana Arrupe) y Gutiérrez (Mario Mahler) convivirán hasta el siguiente amanecer. "Con las Manos Atadas" establece una lúcida mirada sobre las relaciones humanas bajo extremas condiciones: empleado y empleadora poseen más características en común que las a priori estimadas, y la traumática experiencia de encierro y forzada oscuridad acabará uniéndolos, disolviendo distancias, protocolos y formalidades. En un olvidado subsuelo, rodeados de papeles desperdigados y dónde las horas parecen no transcurrir, uno y otro se confesarán, revelando verdades sin filtro alguno. Con sentido existencial, sendos protagonistas cavilarán respecto a la soledad y el desamor, la pareja y las infidelidades, las responsabilidades en la paternidad y los deseos de maternidad. Sometidos a una considerable presión emocional y obligados a adoptar posturas corporales ciertamente incómodas, el desenvolvimiento limitado expondrá en ellos, de modo proporcionalmente inverso, miedos, sueños y fantasías. Lo inmodificable de la cautiva condición dará paso a que algo magníficamente vivo suceda sobre el escenario, gracias al talento de la excelente dupla actoral, capaces de llevar adelante un desafío físico notable.
  • El brote 625

    22/05/2024 20:03 por MAXIMILIANO 51
    Con una duración de una hora y cuarenta minutos, la sobresaliente y súper recomendable "El Brote" supera la extensión promedio de todo unipersonal y nos dispone a ser partícipes de un acontecimiento teatral imperdible.

    Aclamado por la crítica y contando con el unánime aval del público, este espectáculo fue estrenado en febrero de 2022. Escrito y dirigido por Emiliano Dionisi, lleva a cabo un exquisito análisis del oficio de actor, en ocasiones ensombrecido por la lucha de egos y los conflictos internos que se gestan tras bambalinas. En los zapatos de un intérprete venido a menos, integrante de una compañía en plena gira, el virtuoso y camaleónico Roberto Peloni persigue algo más que justicia poética para su desventurado personaje. En magnífica y exigente performance, asume diversas voces y cuerpos, dando vida a una amplísima gama de matices emocionales. Exhibiendo estupendas dotes para abordar múltiples roles de modo simultáneo, sus gestos se transforman bajo las luces de una puesta que coquetea con la comedia para virar al absurdo y luego zambullirse en un mayúsculo drama existencial.

    Sobre las tablas se suceden citas teatrales que van desde William Shakespeare hasta Sófocles y Calderón de la Barca, mientras que el detrás de escena de cada ensayo es retratado a la perfección: escenografía, vestuario e iluminación persiguen un sentido funcional a la propuesta artística. Poco a poco, se difuminan los límites entre la vida real y la ficción, mientras se nos interpela: ¿qué papel interpretamos en nuestra historia de vida? Peloni (Beto) se deja la piel en el escenario, padeciendo la ingrata frustración de un actor que siente que no ha obtenido el papel que merece, a manos de un par menos dotado de talento, quien acabará siendo su némesis. Resignado a papeles chicos, secundarios o utilitarios, el artista en su laberinto se prepara. Sin embargo, nunca lo estará lo suficiente como para mitigar un incipiente brote en el pecho, anticipo de la tragedia que se avecina, en plena representación. Incapaz de luchar contra su propia naturaleza, la memoria no traiciona: llamadas de guion y parlamentos, así como el carácter de cada personaje interpretado, son recordados a la perfección. Beto le pone el cuerpo y mira a su propio abismo, mientras se dirige rumbo hacia al apagón total.

    Cabe destacar que, durante el pasado año, la pieza fue galardonada con dos premios de la Asociación de Cronistas del Espectáculo (ACE) en 2023, en las categorías "Mejor Actor" y "Mejor Autor", así como con tres premios de la Escuela de Espectadores de Buenos Aires (EEBA), incluido "Mejor Director".

  • Rojos Globos Rojos 67

    17/05/2024 16:24 por MAXIMILIANO 51
    En 2013, Christian Forteza adaptó y dirigió “Potestad”, como homenaje en vida al siempre recordado Eduardo ‘Tato’ Pavlovsky; su fascinación por la obra de este referente de nuestro teatro se prolongaría, años más tarde, con “Cámara Lenta”, “La Muerte de Margarite Duras” y “Rojos Globos Rojos”. Precisamente, esta última pieza fue estrenada en 2018, y es a la que regresa el también director de “La Tempestad”, seis años después, e incluyendo escenas y fragmentos pertenecientes a otros trabajos del mencionado dramaturgo.
    En el mundo pavlovskiano ciertas temáticas se repiten, enlazando las preocupaciones existenciales del propio referente del psicodrama. La vejez, la muerte, el suicidio, el sexo, las mujeres y el oficio de actor, se conforman como ejes centrales de una propuesta que se valida como un complejo trabajo de adaptación y multiplicación. En la búsqueda de una renovadora noción de realismo, se mantiene absolutamente vigente, trayendo a nuestra coyuntura actual problemáticas que fomentaron su escritura (siendo por primera vez exhibida en 1994).
    Una amenaza sirve como disparador: ante el inminente cierre de un teatro independiente, el mal social generalizado se cierne sobre un sector a menudo frágil y vapuleado por la dirigencia de turno. La noticia irrumpe y desestabiliza a la pequeña compañía, espejándose de modo elocuente con nuestro presente. La próxima clausura, enésima afrenta que sortear, se vislumbra como una triste e insoslayable postal. Es hora de perseguir estrategias de emancipación para confrontar a las hegemonías del poder, en tiempos de reivindicar la importancia de validar las propias creencias, no obstante, se trate de decir siempre lo mismo: el arte no claudicará, en su misión de combate y resistencia.
    En ‘El Cardenal’, el fenomenal Raúl Rizzo encarna miedos e ilusiones en igual medida: un intérprete actúa para no morir, porque no puede hacer otra cosa. Sobre el escenario, hábitat natural, ningún actor quiere quedarse solo y es así como ensaya gestos frente al espejo; pura angustia existencial. El cuerpo es la grandiosa escenografía y el desaforado grito podría parecerse a cierta clase de exorcismo; un magnífico monólogo acerca de la esencia de la condición se convertirá en el instante más poderoso de toda la noche. Por su parte, y en idéntica búsqueda a la anterior puesta, los textos pertenecientes a ‘Las Popis’ (Gabriela Perera, Marta Igarza) refuerzan con mayor protagonismo el rol actual de la mujer.
    En la sala Raúl González Tuñón del Centro Cultural de la Cooperación seremos partícipes de un encuentro teatral en el cual la complicidad con el público (aquello que todo actor celebra) no tardará en romper la cuarta pared. La función recién comienza y algo se mantendrá invariable de principio a fin: las energías del día del estreno son las mismas que en la despedida.