23/03/2022 19:25por Teresita 5 Hacía mucho que no veía una obra capaz de interpelar la cultura de la cancelación en la que estamos inmersos. En una época donde todos y todas pareciéramos saber lo que debería decirse y lo que no, ¿hasta qué punto cancelar implica que las cosas "malas" dejen de pasar? ¿Acaso cancelarlas hace que dejen de existir? La violencia, el bullying, los discursos de odio siguen ocurriendo y gestándose, y en esa gestación, ¿cuántos de nosotros y nosotras, sin saberlo, estamos siendo cómplices?
Eso es lo interesante de la obra: algunos quizás empiecen empatizando, sintiéndose uno más del grupo, pero hacia el final...
Las actuaciones son increíbles, imposible quitarle de encima los ojos a los actores.
23/08/2019 18:10por TERE 5 La obra que no pudo desembarcar en momento político más oportuno. Dos familias, a partir de una típica discusión vecinal, comienzan a "sacar los trapitos al sol" exponiendo lo peor de la otra haciendo uso de un entramado verborrágico sorprendente.
En medio de esta indeseada tertulia se conocen León y Sarita. Emulando una especie de "Romeo y Julieta", el "amor a primera vista" cargado de hormonas adolescentes los atraviesa de un flechazo.
Desopilante, emotiva y picante, con un final inesperado y conmovedor, "León y Sarita" nos invita a replantearnos desde qué lugar -privilegiado- observamos la coyuntura que nos rodea y cuánto de lo que hacemos y por lo que militamos tiene en verdad, como fin último, la búsqueda del bienestar general y, principalmente, de aquellos cuyas vidas a nadie pareciera importarle.
30/07/2016 12:26por Tere 5 En el año de Shakespeare, Ricardo III es una de las obras que no puede dejar de verse. No sólo por el homenaje que representa a los 400 años de la muerte del dramaturgo, sino por la resignificación de su trama en la adaptación dirigida por Francisco Civit.
La historia del hombre que conspira contra propios y ajenos para llegar al trono de Inglaterra se encuentra repleta de intrigas y manipulaciones. El villano no es uno solo; la crueldad puede percibirse en aquellos personajes de la obra que están dispuestos a hacer y aceptar lo que sea con tal de conseguir sus ambiciones. Las interpretaciones son impecables: trece actores se ocupan de dar vida a más de cincuenta personajes, lo que hace destacable no sólo su calidad para representarlos sino también su versatilidad para pasar de unos a otros a través de las distintas escenas. Como si esto fuera poco, todos ellos son Ricardo. Este detalle, que en un principio pareciera desorientar al público, termina por volverlo cómplice en cada situación donde el personaje principal despliega la maldad que lo caracteriza acompañado de miradas perversas y frases astutas.
Pero no son solamente las actuaciones lo que hace destacable esta versión de la obra shakesperiana: la música es un componente fundamental, interpretada por los mismos actores en vivo. Cual banda sonora de cine, brinda acompañamiento no sólo a la propia historia sino también a los espectadores, potenciando las emociones provocadas por las diversas representaciones.
Dinámica, con la duración justa y un precio accesible, Ricardo III es una obra absolutamente recomendable para todos aquellos que deseen apreciar la excelencia del teatro nacional.
29/07/2016 23:51por Tere 5 En el año de Shakespeare, Ricardo III es una de las obras que no puede dejar de verse. No sólo por el homenaje que representa a los 400 años de la muerte del dramaturgo, sino por la resignificación de su trama en la adaptación dirigida por Francisco Civit.
La historia del hombre que conspira contra propios y ajenos para llegar al trono de Inglaterra se encuentra repleta de intrigas y manipulaciones. El villano no es uno solo; la crueldad puede percibirse en aquellos personajes de la obra que están dispuestos a hacer y aceptar lo que sea con tal de conseguir sus ambiciones. Las interpretaciones son impecables: trece actores se ocupan de dar vida a más de cincuenta personajes, lo que hace destacable no sólo su calidad para representarlos sino también su versatilidad para pasar de unos a otros a través de las distintas escenas. Como si esto fuera poco, todos ellos son Ricardo. Este detalle, que en un principio pareciera desorientar al público, termina por volverlo cómplice en cada situación donde el personaje principal despliega la maldad que lo caracteriza acompañado de miradas perversas y frases astutas.
Pero no son solamente las actuaciones lo que hace destacable esta versión de la obra shakesperiana: la música es un componente fundamental, interpretada por los mismos actores en vivo. Cual banda sonora de cine, brinda acompañamiento no sólo a la propia historia sino también a los espectadores, potenciando las emociones provocadas por las diversas representaciones.
Dinámica, con la duración justa y un precio accesible, Ricardo III es una obra absolutamente recomendable para todos aquellos que deseen apreciar la excelencia del teatro nacional.