07/12/2009 12:15por Natalia F 56 “…uno intenta luchar contra las metáforas y la realidad no deja de producirlas…” se dice en escena…En mi búsqueda – intencionada- de una metáfora para esta pieza de teatro, se me impusieron unos fragmentos de un texto de Borges que podría delinear, a grandísimos rasgos, algo de mi mirada sobre Ala de Criados “…No en vano fue una reina mi madre. No puedo confundirme con el vulgo aunque mi modestia lo quiera. El hecho es que soy único (…)”. Por la exquisitez- literal- de su dramaturgia; por la genialidad de sus actuaciones y por la originalidad en la forma de relatar algo del gran colectivo que compone nuestra idiosincrasia. Quizá no haya erudición que alcance para apreciar la calidad de escritura teatral, que además tiene la virtud, por momentos muchos, de virar en pura y deliciosa escritura literaria. Las composiciones de cada uno de los 4 actores son tan hilarantes como auténticas, intensas en su detalle; hay mérito en la dirección, pero hay muchísimo talento en la actuación; noble talento, casi de clase, una casta adorable. Ala de Criados prueba que hay poesía en la política; que hay revolución en la verdad, que es el deseo- en todas sus formas- el que mueve al hombre, que hay belleza en lo trágico…Alabado sea ese texto y su director, prodigiosos ellos, los elegidos, que lo interpretan; extasiados nosotros los espectadores; vulgo, público, pueblo, argentinos políticos, poéticos, cultos, comerciantes, artistas, hombres y mujeres que celebramos, agradecemos, y admiramos tamaño teatro; ese lugar común que con grandeza puede verbalizar y materializar a un Chesterton, a un Lugones, a un Chejov, a un Gorki y a un Kartún. Vestuario,Escenografía, Musica e Iluminación estan a la altura de la descripta magnificencia.
Raices
22/11/2009 18:26por Natalia F 56 En el marco de la teoría del deseo de Lacan aparece esa idea de insistencia de los deseos que jamás son satisfechos, una suerte de omnipotencia. Estos deseos, que son necesidades, son los que dan sentido a la vida y de no ser satisfechos solo dejan lugar para la muerte; aun cuando esta sea simbólica. El lenguaje es el “puente” que permite, después de su reconocimiento, canalizarlas, demandarlas, materializarlas. “Raíces” es una pieza atravesada por estos deseos en el seno de la institución familiar; espacio trágico si los hay. La juventud como el lugar de los sueños, del romance, de la lucha; la vejez como el lugar de la resignación, del silencio, de la frustración. El exilio, voluntario, como el camino para desraizarse- si es que esto fuera posible-. La ilustración como un lugar utópico, imposible en la dicotomía campo/urbanidad. Las raíces, etimológicamente hablando, son los orígenes, pero también son una parte oculta y también se refieren a aquello que se mantiene fijo en todas sus formas. ¿Son transferibles los sueños? ¿Se puede romper con los patrones de frustración? ¿Es la familia una institución tan hipócrita y necesaria como la política? ¿Es el amor la excusa para las verdades? Amar o morir. Morir sin amor o vivir por el. Todo sirve para intentarlo, aun cuando no funcione hay algo que se logra romper y entonces crecer y porque no, aprender a ver llover… Esta pieza se extiende sobre este discurrir y lo hace desde lo íntimo, en crudo. No hay extrañezas de época ni lugar; el texto nos aborda y nos conmueve. La música nos deja suspirar, reflexionar y volver ahí de donde en realidad nos queremos ir. Entre risas nos encuentra con una puesta por demás bella, estéticamente precisa, aguda en su conjunto. Ambientada a la perfección, con novedosos despliegues actorales y digitada por la sagacidad de un experto. Creo que ahí está el secreto. Sin su natural trazo ordenado, estudiado, minucioso, nada de lo mágico que allí sucede hubiera sido posible. Por suerte los talentosos son generosos.
Hay que ir a verla.
Los expedientes / Teczki
04/11/2009 00:42por Natalia F 56 "¿qué es un símbolo? Decir una cosa y significar otra. ¿Por qué no decirlo directamente? Por la simple razón de que ciertos fenómenos tienden a disolverse si nos acercamos a ellos sin ceremonia". E. Wind
Esta obra es una ceremonia a través de la cual accedemos a una parte de la historia; de la historia del mundo, del comunismo en Polonia; de los servicios secretos, de este grupo de gente sensible, idealista, luchadora; actores que han hecho del arte su bandera; esta obra nos lo cuenta, nos lo muestra. Un arte que denuncia, investiga desde lo político, desde lo social, desde el hombre- con sus virtudes y miserias-, desde la poesía- magnificas son las elecciones literarias y poéticas que atraviesan sus cuerpos y se desarman en sus voces-Logran acercarnos un teatro documental interpretado por actores con convicción- se respira- Ellos tienen algo que decir- han tenido y siempre tendrán- Los Expedientes son un mero instrumento que viene a probar que pudieron con su lucha por decir desde el escenario, desde los cuerpos, desde las voces. Probaron su erudición con el esfuerzo inmenso de aprender la obra en español, nos reímos , nos emocionamos con las canciones, nos recordaron trazos de nuestro pasado y aristas- graves, peligrosas-de nuestro presente. Esta obra es un símbolo del teatro; dice, significa, y lo hace en el marco de una ceremonia, del teatro mismo. Yo agradezco haber podido disfrutar tamaña historia; quiero más símbolos así; este teatro, creación del animal político, plagado a la vez que movido casi engendrado por ideas, palabras, movimientos, sonidos, la música, voces, Dostoievski, y así interminable…
19/10/2009 16:09por Natalia F 56 No es fácil ni revivir ni enterrar el amor a través de un relato – sea este entre dos mujeres, entre ellas y el arte, de cada una para consigo misma, de una de ellas a un tercero, o de todas estas formas juntas -; sin embargo Body Art lo logra con elogiable naturalidad, sencillez y belleza discursiva. Esta obra despliega con intriga y elegancia la dificultad de resolver con la palabra cuestiones relativas al sentir; un poco lo que el arte hace en sus tantas aristas traduciendo lo sensible a lo tangible, inteligible, decible. Una finissage que maquillada de vernissage celebra lo que agoniza; distancia el presente e impone el pasado. Exquisitas actuaciones que bajo una original dirección –corren tiempos dónde es necesario volver a la originalidad- atraviesan un espacio, que en apariencia despojado, rebalsa de disfrutes, reproches y diálogos desde las dos (¿o tres?) versiones de ese amor. Todos siempre tenemos una… o seis como los convidados al festín de Platón. Una dramaturgia inteligente, con señas de humor y una ininterrumpida intervención del arte y su lenguaje.
De inmenso goce estético, Body Art es una obra susceptible de generar inquietud, risa, reflexión o simplemente incentivar el Banquete que todos nos debemos, poniendo en jaque ese delicado equilibrio de amores y desamores que nos componen.
07/09/2009 03:21por Natalia F 56 Que interesante es el hallazgo de contar desde lo íntimo aquello que es universal. Una familia anónima se nos hace pública, nos incluye como espectadores, nos invita a sus olores, nos atraviesa con ellos. Una escena- que mínima -se hace gigante. Culturalmente enriquecida a través de la sagaz intervención de un idioma extrañado; la herencia, la identidad. La dificultad de lo privado en el transcurrir diario. La negación de las frustraciones, la aceptación de las elecciones, la otredad por ausencia de lo propio. Los sueños, las ambiciones, el amor o su carencia. La torpeza de las confidencias y la inocencia de las presunciones (las nuestras). No todo es lo que parece; y está tan bien contado –desde la dramaturgia y la actuación- que, acaecida la revelación de aquello que realmente es, hemos naturalizado tanto todo-mérito de ellos- que el drástico cambio de los acontecimientos nos encuentra con la misma organicidad del comienzo de la obra.
Prueba de que cada familia es un mundo y de que el devenir esta exento de nuestra voluntad y deseos. Inscripta en un registro versátil y repleta de interrumpidas invitaciones a la risa, a la emoción, a la lastima, a la admiración, a la envidia, a la solidaridad, a la traición, a la equivocación. Es una historia que es real pero es ciencia ficción, una familia que es un drama, que se hace teatro, del bueno. Una obra original, una puesta muy inteligente, una música magnífica y la lograda decisión de hacernos parte. Pertenecer tiene sus privilegios.
El hombre que no duerme
28/08/2009 11:26por Natalia F 56 En un preciso equilibrio-innovador por cierto- se aúnan dos formas del arte que comprueban que aún se puede ser original; algo así como la magia de la pantalla que distancia al espectador y la intimidad del teatro que nos envuelve (no es casual la referencia a un reptil)
Una escenografía estéticamente muy bella describe espacialmente las distancias entre los miembros de esta familia. No basta con un techo para que exista tal institución: son vínculos, construcciones culturales que mutan , se repactan, se destruyen; sobre todo cuando es la muerte –jaque mate- la que se instala, deforma, conforma, digita y casi orgánicamente convoca a los miembros de esta familia-¿todas?- a mentir y a mentirse; a creer a fuerza de pura convicción; a simular frente a lo incómodo de la verdad; a deambular por la vida esperando que sea el turno de la muerte. Hay un manejo extraordinario de los silencios que hablan, comunican, evocando ese texto de otro autor que dice; “el silencio me hace oír lo que pensás”- Iluminada tantas veces como apagada, la casa tampoco duerme; hay ruidos de tristeza, de afecto, hay recuerdos, un presente, y un “hombre que no duerme”. Elogiables actuaciones y ese “no se que” del buen teatro.
Los persas
28/08/2009 00:39por Natalia F 56 Describirla como inscripta en lo visual del barroco o en el expresionismo sería insuficiente; elijo decir que es en el lenguaje exquisito del Director donde se imponen un sinfín de recursos teatrales, una riqueza actoral invalorable, una atemporalidad que seduce, la energía del relato trágico, el deleite de lo humano hecho voz, la complicidad del silencio como elemento. Una forma que sostiene (¿acaso por elección?) - sin esfuerzo- una coreografía que “cuenta” a la vez que “vacía”; que “profundiza”a la vez que “distancia”. Nada más adorable para el espectador que resolver tamaña paradoja.
El poderío Persa esta ahí, en escena. Guiños de cotidianeidad que nos regalan por trazos (y convicción) los actores. Es una obra tan bella como antigua, original a fuerza de repetición. Una epopeya teatral con fuerza imperial. Política y para ilustrados, como los Persas.