Opiniones de Natalia F

  • Reflejos 2

    02/08/2009 12:25 por Natalia F 56
    Una mirada general sobre lo particular; de la complejidad a la simpleza de vivir y a la inversa – y este mismo y logrado patrón en relación al criterio estético de puesta-, el dilema moral de una generación o de todas, la hipótesis griega de la eterna repetición, acertadamente nihilista “refleja” en tanto revela- inconsciente- aquello que nos encuentra como especie, ese lugar común en el que el devenir decide – aunque luego nos hará responsables- por sobre nuestros actos. La verdad como protagonista. Una profunda reflexión (acción y efecto de reflejar). Actuaciones de singular excelencia; la generosidad de los grandes. Una dramaturgia virtuosa cuyos trazos terminan de materializarse en una dirección indiscutiblemente talentosa.

    Todo lo que espero del teatro, allí lo encontré.
  • Comunidad 14

    25/05/2009 17:54 por Natalia F 56
    Como si se pusiera en escena el plano mismo de la inmanencia; donde lo único que ocurre es la simple relación de sus componentes, aparece, sin que el espectador sepa como ni cuando y mucho menos porque, el plano de la trascendencia: una serie de hilarantes extrañezas y rarezas del orden de lo expresivo , reflexiones sobre la discriminación, la ley del mas fuerte, el peso de las mayorías, el sinsentido de la desunión, lo inexplicable-arbitrario- de las uniones, la tendencia humana a agruparse, la pugna por ser fuera del pertenecer… todo esto desde la fuerza de la presencia de magníficos actores. Una precisa –y acertada- elección por parte de la dirección. Un público convocado, pasivo integrante de esa Comunidad.
    En sintonía con aquello que A. Camus dijo”… el mundo de Kafka es, en verdad, un universo indecible…” Con la propia dificultad de la comunicación intensa que prescinde del decir…recomiendo esta obra; agradecida
  • Lúcido 5

    16/05/2009 22:18 por Natalia F 56
    Brillante es la dialéctica que esta obra propone. Todo en la dramaturgia de Lúcido “significa”; hay un sagaz a la vez que preciso manejo del lenguaje; una batería de meta mensajes, una fuerte critica social y política, suficientes elementos de la psicología y huellas filosóficas cercanas al pensamiento de Spinoza. Los sueños como el lugar donde refugiarse del sinsentido de la vida o, a la inversa, dónde dotarla de sentido; la muerte como un lugar inteligente- una suerte de precoz nihilismo- y la dificultad desafiante de encontrar la vigilia entre tantos sueños. Algo de la recurrente e insoportable levedad del ser; reírse hasta llorar. ¿Dará igual? Actuaciones destellantes y trazos de genialidad en el todo colectivo; típico de Spregelburd y sus actores.
  • LA GRACIA. Amarás a dios sobre todas las cosas 2

    09/05/2009 23:32 por Natalia F 56
    Una puesta única por su originalidad. Una dramaturgia- inteligente- que explora la desesperación del sinsentido de la vida, la exacerbación de la virtud, el rasgo débil casi obsceno del Cristianismo, una sutil denuncia a los componentes del poder punitivo… Nos definimos por nuestras contradicciones y algunas de ellas son altamente conmovedoras. Las marcas visibles de una excelsa dirección y un despliegue de actuación que dirige la palabra y la expresión justo ahí dónde más duele. Ver esta obra podría constituirse en un mandamiento, con certeza, más digno que el de "amar a dios por sobre todas las cosas".
  • Lote 77 22

    05/12/2008 16:20 por Natalia F 56
    Reconocer que esta obra “es teatro” sería sin duda un acierto y el término que simplificaría cualquier mirada sobre Lote 77. Varios conflictos sino casi todos los humanos entremezclados con los de los animales (¿acaso no somos animales también?); una infinidad de recursos escénicos y actorales ejecutados con precisión quirúrgica. Un juego de entradas y salidas que repite al solo efecto de mirar de vuelta, aquí ya desde otro “varón”: desde otra construcción (¿qué no lo es en esta vida?), cada vez más profunda, más consciente, más dura, más real… Cada uno construye el varón que hubiera querido ser a la vez que lo/se destruye en ese proceso de repetición, reconstrucción, y revisión, cuyo resultado último parece ser el de una verdad deconstruida o una nueva ficción por construir. La imponente presencia de un “deber ser” frente a la “frágil faena de reconocerse”. Mucho trabajo que se ve y se valora; una escenografita maravillosa y la sensación (única y siempre deseada) de lo teatral; un conjunto que desmenuzado no tiene desperdicios en sus componentes.
  • La Sonrisa de los Siervos 7

    23/11/2008 23:30 por Natalia F 56
    Me acompaña todavía el maravilloso despliegue de energía de esta pieza. Un escenario original, repleto de movimiento, coreográfico, precisamente musicalizado, encendido por momentos, oscuro en aquello que no puede iluminarse siquiera en el teatro: inteligentemente ruidoso, tierno y perverso y en estas aristas, casi perfecto. Una juventud que asusta a la vez que promete y compromete esas presencias que tienen la exhaustiva tarea de recorrer una dramaturgia exquisita, intelectualmente desafiante y bella. Una puesta ambiciosa (de esa ambición que se alcanza y supera), llena de detalles que completan un todo que conmueve, y sorprende. Mucho trabajo que se impone en este intrincado trazo del arte que conocemos como el teatro; ese que no querés dejar de ver, ese que admirás, que elogias, recomendás, ese que con el correr de los dias te asalta con algunos decires de ahí, que te sirven aquí y allí…como esa frase que evoca algo parecido a…”Dios solo esta para los que no piensan…”. Una gema. Se agradece.
  • Ceremonia enamorada

    17/11/2008 11:58 por Natalia F 56
    Reza uno de sus sonetos:”…mientras palpiten los corazones y los ojos vean, estos versos serán vivientes y te harán vivir”. He aquí la razón mas sabia para ir a ver esta Obra; esos versos que cobran vida, la música de las palabras, lo acertado de las elecciones todas: estéticas, actorales, registros, ritmos. Lo que se ve, que es lo que se escucha, que es lo se siente, que es donde te transporta, que es bello (ellas son bellas también), que es profundo, que es el amor, que es el teatro. La fuerza de la palabra es lo que define el espacio, un espacio justo, sin ambición, repleto de expresión. Un escenario de hoy que bien podría corresponder a otro siglo; pasado o futuro. Distinguido, con clase. Atemporal; una virtud. Una ceremonia que invita.