Con una gran fascinación por los mitos populares, Kartun escribe la historia de un hijo que busca desesperadamente a su padre y de un padre que vive su propia aventura sin “poder” aprenderse el rol. El partener habla sobre el poder de los mitos nacionales, concretamente del mito del Crespín en torno de una madre, Durmisa, a la que le gusta mucho bailar y que, por bailar, deja al niño solo en el rancho. Le avisan que se le está incendiando y ella insiste con un chamamé, una polca más. Cuando regresa lo encuentra hecho una bracita y Dios la castiga transformándola en un pájaro condenado a decir el nombre del hijo para siempre. Durmisa encarna el mito de la madre que dio vida y que ahora sólo quiere vivir la suya, y el autor lo sitúa en un campo de trabajo que lo seduce: “el imaginario decadente y patético que se organiza alrededor del folklorismo”. La puesta
Eduardo Pavelic reafirma la intimidad del espacio pequeño, el gusto por los personajes populares y la riqueza poética del habla. Los personajes, sólo tres -Pachequito, Nico y Nydia- padecen un misma enfermedad, la de no poder dejar de ser hijos; cada uno -como puede y a su modo- busca un eterno partener. Desde esta perspectiva, la soledad los asfixia: "¡Qué orfanato esta tierra, mamita ...! ¡No habemos dos que hagamos un par...!" -dice Pachequito antes de volver a partir-.
La historia
Nico llega a Campana vestido con ropa extraña, acaba de cumplir los dieciséis, de los que se asoman algunas ganas de crecer. Decidido va al encuentro de Pachequito, con quien solía componer un dúo artístico -recitador criollo y zapateador infantil-. Después ... la puñalada de siempre: un portazo y "¡aire a las pilchas !" Parado en la penumbra del miserable cuarto, poco antes de despertar la ebriedad de su tata, Nico murmura: ¿qué hace un partener solo en la vida?
Ficha técnico artística
Participaciones
- Este espectáculo formó parte del evento: Todos al Teatro
1 Histórico de funciones
- ESPACIO IFT (2002)
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