Mi corazón no es de piedra ni madera

Gaby nació en un pueblo de la Patagonia Austral y ha decidido pasar el resto de su vida ahí; rodeada de sus cosas, sus plantas y sus animales. Está distanciada de su madre, con la cual no se habla desde hace más de diez años. Un acontecimiento trágico del pasado las distanció. Sus días se debaten entre las peleas con su marido de ocasión, Luis Camacho, capataz de una empresa que está haciendo el asfalto en la zona, y la llegada de Jairo, un viajero que la encandila con su poesía y la tienta con la posibilidad de un futuro mejor.

Dijo la crítica:

"Martin observa el desarrollo de su obra encarnada por actores cuyas historias propias tienen puntos de contacto con sus personajes y donde el sino, es el sentido común de las pasiones que impulsan a aferrarse a quien esté cerca y vivir ahí, amando, hasta que el suspiro del abandono irremediable sea evaporado por el próximo transeúnte". Fabián Restivo, Página 12

"Con el territorio y el clima como protagonista, más que como solo mero escenario, el frío de la Patagonia casi puede llegar a sentirse, uno de los principales desafíos, en palabras del director. Todo esto acompañado de un humor sutil, sensual, permanentemente coqueteando con imaginarios del consumo mainstream, como por ejemplo las telenovelas, pero sin renunciar a trabajar con la profundidad de los personajes que además se cruza con las identidades de lxs actorxs". César Saravia, Marcha

"Tierna, poética y fluida, "Mi corazón no es de piedra ni madera" es, entre otras cosas, una celebración de las vidas travesti trans, de sus luchas y de sus experiencias únicas e irrepetibles. Una oda a la construcción de la propia vida allí donde acaban los trazos de la geografía terrenal, reflejados también en la geografía de los labios y del corazón de Gaby como una huella que marca el paso del tiempo y el de los amores". Alejandro Dramis, Página 12

“El texto de Martín Marcou es absolutamente impresionante. Un texto de una mujer que vive en la Patagonia, una Patagonia profunda, una Patagonia donde llegan trabajadores de vialidad, por ejemplo, para hacer sus trabajos y se van. Y en el medio aparecen lo amores y la relación de pareja intensa. La mujer es una mujer trans, pero eso no es importante, es una mujer con toda su feminidad, y con todos os hombres que pasan y se enamoran de ella. Es fabuloso el trabajo de Martín, es fabuloso el trabajo de los tres actores. En la pequeñísima sala Tole Tole, me parece que esa cercanía con el público tiene un plus en la posibilidad de también lograr ese encariñamiento con los personales y en particular con la dueña de casa, esa casa toda rosa. Genial el trabajo de la puesta en escena en su totalidad, música, escenografía y el trabajo de Martín como director”. Daniel Cholakian, FM La Tribu

“La gente siempre ve lo que quiere ver” dice en un momento el personaje de Morena, y esta obra nos hace ver lo que a veces no queremos ver por vivir en una urbe como es Buenos Aires”, Juan Marcelo Villoldo, Intrusos del arte

“Y es justamente ese diálogo entre la masculinidad hegemónica del personaje de Juan Camacho, la femenidad travesti de Gaby y la posibilidad de una masculinidad distinta interpretada por Cris Bernal Niño, lo que se tensiona constantemente a lo largo de la puesta en escena”, Nicolás Cordone, Cartelera Arco Iris Peronista

“Con muy buenas actuaciones nos introduce en un relato que nos arranca una sonrisa cómplice, que calla más que afirma, y sin embargo, nos lleva sin prisa pero sin pausa, por los caminos desconocidos del alma humana”. Mariángeles Sanz Vélez, Luna Teatral

"Disfrutar el momento o el “mientras tanto” parece ser el ingrediente secreto detrás de esta obra que explora el verdadero corazón. (…) Esta puesta en escena invita a reflexionar sobre el amor no eterno, sin dejar de lado el humor.". Nadine Duchini, Revista Marine

“La relación de Luis, una suerte de marido temporal, con Gaby y con Jairo, que de momento diremos es un mochilero que anda necesitando meter changas para papear y seguir viaje, tiene momentos sublimes que nos llevarán por un carrusel de emociones.” Vladimir Di Fiore, Agencia Paco Urondo

“Martín Marcou vuelve a la autoficción para rendir homenaje a quienes habitan las fronteras invisibles de lo normativo. Su Gaby recuerda a aquel gaucho queer de Hijo del campo, pero aquí la soledad se transforma en una sabiduría que le permite adelantarse al abandono y reconocer el amor sincero en la mirada del otro.” Florencia Pérez Calonga, Arte/Críticas.

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