Ensayo del fin del mundo

Los bailarines y las bailarinas pasan la mayor parte de su vida ensayando y, cuando no están ensayando, piensan en el ensayo, lo repasan, preparan el siguiente. El ensayo se ensaya. El ensayo es el espacio habilitado a las heridas y a los errores, un santuario con su propia liturgia, ajeno al mundo exterior y a salvo de la realidad circundante.
Un grupo de bailarines y bailarinas de ballet y danza contemporánea y un cantante lírico coinciden en una sala. Son Luciana Barrirero y David Gómez (Teatro Colón), Aldana Jiménez y Valentín Fernández (Teatro Argentino de La Plata), Julieta Zabalza (bailarina independiente) e Iván García (cantante lírico del Teatro Colón). Allí trabajan sus obras individualmente, al mismo tiempo unas influyen sobre las otras, superponiéndose, ocasionalmente volviéndose una. Cada semana las y los intérpretes prueban las escenas, las modifican, jamás están terminadas. La obra es un work in progress permanente.
Una puesta despojada de artificio escénico nos permite acceder a la intimidad del trabajo de bailar y podemos espiar de cerca, como nunca, la belleza de los cuerpos en su ritual cotidiano de danza y entrenamiento.

1 Histórico de funciones
9 Notas en los medios
1 Notas relacionadas