Tilcara no existe

Amparo y Angélica, nietas de terratenientes, se sienten amenazadas y cercadas por sus empleadas domésticas que han sido siempre norteñas (Jujeñas, Salteñas o Bolivianas). El drama comienza cuando ambas mujeres notan que sus "modos" y comportamientos habituales empiezan a teñirse de ese norte al que rechazan y temen. La obra hace anclaje en el mundo fantástico y aterrador de estas hermanas atrapadas en su living, invadidas por el olor a humita, violentadas por esas trenzas que no paran de crecer y el color aceituna que va ganando piel en sus cuerpos afiebrados. Planteo ácido sobre un sector de nuestra sociedad y su pánico a lo popular.