Ricardo Rojas le atribuye la obra a Juan Baltasar Maciel. Pero la posteridad la considera de autor anónimo.
Mariano G. Bosch sostiene, en realidad, que la obra está situada entre 1780 y 1795. Otras fuentes la sitúan en 1796.
Desde el 16 de agosto de 1792 que se incendió La Ranchería hasta 1804 en que se inauguró el Coliseo Provisional, el arte escénico se volvió a cobijar en corrales y en tabladillos improvisados. Aparecieron en ese tiempo obras pequeñas escritas por autores criollos. La de mayor valor por su significado fue El amor de la estanciera.
La pequeña obra configura un jugoso sainete en el que aparecen por primera vez en escena el hombre de a caballo que prefigura al futuro héroe de la gauchesca y el extranjero como objeto de ridiculización. Da testimonio del habla, la idiosincracia y las costumbres del campesino-ganadero e inaugura la visión humorística.
Tiene una anécdota primaria y una versificación sencilla.
