En términos de vínculos humanos, la relación dominador-dominado suele ser cruelmente reveladora. Y si esta relación está enmarcada en la situación de un país en guerra, donde la vida y la muerte son simples posibilidades que se alternan con la velocidad del rayo, lo más probable es que junto a los sentimientos más nobles y generosos, florezcan las pequeñeces y las miserias más vegonzosas.
El Vestidor, la magistral obra de Ronald Harwood, indaga de modo cruel, y al mismo tiempo piadoso, en el pequeño universo de un elenco teatral que está en gira en la Inglaterra de la segunda guerra mundial. Y como toda gran obra de arte, se convierte en una lúcida indagación de la sociedad toda. De esta, nuestra sociedad en crisis, donde el complejo tramado de su tejido permite advertir los más valiosos gestos de resistencia, de solidaridad, de obstinada defensa del bien, entrelazados con los más despreciables gestos de egoísmo, de sumisión, de indiferencia.
Premio estrella de Mar 2011 Mejor Espectáculo Marplatense.
Mención Especial Premio José Maria Vilches 2011