Había concluído el XX Congreso Internacional de Teatro Iberoamericano y él, que lo inventó, el que lo llevó adelante y lo sostuvo durante tanto tiempo ya no estaba. Osvaldo Pelletieri era doctor en Filosofía y Letras de la UBA y titular de Historia del Teatro Argentino y Latinoamericano de la misma facultad.

Seguramente le gustaría que recordaran que había sido director de teatro, pero cuando alguien es invitado a universidades internacionales y nacionales a dar cursos y conferencias, o es investigador de CONICET, o escribe incontables libros, o compila y edita libros de los más diversos investigadores, o funda un Congreso Internacional de Teatro, o dirige historias vinculadas con el teatro, es más fácil pensarlo como investigador y como docente universitario que como artista. Sin embargo, había adaptado y dirigido El casamiento de Laucha y dirigido El movimiento continuo (recuerdo el orgullo que le producían). Nunca olvidaba agregar en su presentación esa actividad que lo había apasionado.

Su labor en relación al teatro fue incansable, pero sin duda uno de sus enormes tareas fue crear un grupo de discípulos. En 1987 se funda GETEA, Grupo de Estudios de Teatro Argentino, con el objetivo de llevar adelante un programa cultural en el que se trabajara con la reconstrucción de nuestro pasado teatral, un análisis del presente y una búsqueda de relaciones con el teatro del mundo.

Allá por el principio salieron los Cuadernos del Getea, en los que se vinculaba a los dramaturgos de algún país en particular con nuestro teatro. Algunos de éstos eran De Bertolt Brecht a Ricardo Monti, De Sara Bernhardt a Lavelli, De Goldoni a Discépolo. En ellos uno encuentra la "excusa" geográfica para poner de manifiesto a diversos autores y sus influencias vernáculas o sus relecturas o sus puestas

Cada congreso internacional de teatro devenía libro, con una selección de lo que habían sido las ponencias. En esta línea tenemos algunos cómo Teatro y teatristas, El teatro y sus claves, El teatro y su mundo, Itinerarios del teatro latinoamericano, Tradición, modernidad y posmodernidad, entre muchos otros.

"Teatro XX", la revista del GETEA, también nace en este contexto, así como también los premios de Teatro XX.

No hay que olvidarse de la biblioteca que está allí, en la cúpula de 25 de mayo 217, con material de lo más diverso. Recuerdo, allá lejos, el trabajo de recortes de críticas de los diarios, encarpetadas, de toda una época. ¿Seguirán allí?

Sin duda, la Historia del Teatro Argentino es una obra central para la reconstrucción de nuestro teatro, con un rasgo central: no incluir o excluir por razones personales a los protagonistas de la historia teatral. Luego siguieron trabajos en línea histórica, como el Diccionario Biográfico Estético del Actor en Buenos Aires, entre otros.

Osvaldo Pellettieri se fue pero dejó no sólo infinidad de trabajos vinculados con nuestro teatro, sino un grupo de gente que sigue trabajando, investigando, escribiendo, sosteniendo el congreso de teatro, es un modo de decir que no se fue del todo. Recordar estas cosas es hacer un poco de justicia.

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